Zapatos que calzan como guantes
El Instituto del Calzado impulsa la fabricación industrial a medida.
Un zapato que calce como un guante es un lujo que sólo unos pocos privilegiados pueden permitirse. Un capricho, un antojo, simplemente eso. La artesanía del zapato es tan cara como la sastrería y mucho menos usual. Ya quedan pocos zapateros en el viejo continente.
Pero a veces el calzado a medida no es sólo un anhelo, también es una necesidad, sobre todo para el desempeño de ciertas profesiones; de ahí que la iniciativa del Instituto Tecnológico del Calzado (Inescop) de desarrollar un programa informático que permita la fabricación (a escala industrial) de zapatos pensado para un solo pie puede dar un vuelco a las formas de hacer de los fabricantes y a los gustos de los consumidores.
Imaginemos el futuro, un futuro no muy lejano. El cliente llegará a un establecimiento de calzado y en lugar de pedir aquellos zapatos del 38 que vio en el escaparate y que tanto le gustaron meterá su pie en un artilugio similar a un escáner y obtendrá una foto digital. Con un pie visto en tres dimensiones el zapatero estará en condiciones de ofrecer aquellos zapatos del muestrario que mejor se adapten a su horma e incluso un zapato hecho a medida por un precio que nunca superará los 300 euros. O menos, cuando el tiempo pase y esta tecnología, pionera en España, se popularice. Empresas de moda como Pikolinos, Magrit o Corazón azul están estudiando el proyecto (que requiere una inversión de 15.000 euros) para integrarlo en su red de ventas; también fabricantes especializados en calzado profesional, como Calzados Pertini y Panter.
Mientras la idea va calando en el mercado, Inescop ha decidido abrir una tienda piloto en Elda (Alicante). Este establecimiento, en su diseño actual, funciona en red con fábricas de calzado que reciben la información y procesan los pedidos. Esta idea experimental constituye un ejemplo de un posible modelo de venta de calzado en el futuro, orientado totalmente al cliente.
Inicialmente, el proyecto prevé la actuación en red de un grupo de 12 empresas, de las cuales ya hay 3 conectadas. Pero éste es un proyecto abierto al que se irán incorporando distintas fábricas a medio plazo y que servirá de ejemplo a iniciativas de las propias empresas fabricantes, comercializadoras y detallistas, que quieran montar espacios similares.