El futuro, más incierto que nunca
En un comportamiento profundamente español, por aquello del trastorno bipolar, no han faltado en este solsticio de invierno particulares o empresas que han deseado un feliz 2010, por aquello de que las cosas para 2009 no pintan demasiado bien. Cierto es que el deterioro económico español e internacional a lo largo de 2008 no lo esperaba ni el más agorero de los economistas. Y que en octubre pasado hubo algunos días en los que un colapso del sistema financiero a pie de calle -las temidas colas ante oficinas cerradas- parecía una posibilidad verosímil. Pero dar por amortizado el año que ahora empieza es una receta excelente para empezar a amortizar los ejercicios que vengan. En más o menos 18 meses se ha pasado de aquello de 'los pisos nunca bajan', un mantra que no por repetirse durante 10 años se convierte en realidad al 'eso de la crisis crediticia queda muy lejos' y, ahora, a los candorosos buenos deseos para 2010.
El entorno económico actual no solamente es el más deteriorado en décadas. También es el más complejo. Desde que el capitalismo y la información se han globalizado no se había desatado una tormenta como ésta, y de igual modo jamás en la historia se han tomado medidas económicas con la agresividad vista en los últimos meses. Se puede pensar que dichas medidas solucionarán el problema, o incluso que lo agravarán. Como se puede pensar ora que un deterioro tan rápido de la actividad no es sostenible en el tiempo, ora que es sólo el preludio de lo peor. Lo único cierto es que las predicciones económicas para este año son más inciertas que en cualquier otro ejercicio. Pedir a un experto un valor objetivo a cierre de año cuando los mercados han vivido los meses más inestables de su historia es un chiste malo. Pero por ese mismo motivo no hay que descartar ninguna hipótesis. En el periódico de hoy se explican 10 formas diferentes de ganar dinero -o al menos blindar la cartera- en caso de que la Bolsa baje. Pero, por mucho pesimismo que se palpe en el ambiente, el futuro nunca fue tan difícil de predecir como hoy, ni en un sentido ni en el contrario. Y es mejor que así sea.
Nuño Rodrigo. Redactor Jefe