Industria limita la temperatura de los locales públicos entre 21 y 26 grados
El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio limitará por ley la temperatura en el interior de los edificios públicos -incluidos los locales comerciales y los de ocio- a 21 grados cuando se utilice la calefacción y a 26 grados cuando esté en marcha el aire acondicionado, según informó ayer en un comunicado de prensa.
Esta nueva normativa, cuyo objetivo es fomentar el ahorro energético, será de obligado cumplimiento en edificios de uso comercial, como tiendas, supermercados, centros comerciales, restaurantes, bares y cafeterías.
También están afectados los locales de uso cultural, como teatros, cines, auditorios y salas de exposición; lugares de ocio como salas de baile y de espectáculos; e inmuebles destinados a estaciones de transporte de personas y aeropuertos.
De todos modos estas condiciones deben darse cuando se mantenga una humedad relativa comprendida entre el 30% y el 70%.
En un principio, están exentos de cumplir con las limitaciones de temperatura aquellos recintos que justifiquen la necesidad de mantener condiciones ambientales especiales, en cuyo caso debe existir una separación física entre este recinto y los locales contiguos que sí deban respetar las citadas condiciones.
Eficiencia energética
Industria está preparando un real decreto que obligará a todos los edificios existentes a disponer de un certificado de eficiencia energética en el momento de ser vendidos o alquilados.
Está previsto que la nueva normativa esté aprobada en el primer cuatrimestre del año, con lo que el Gobierno dará cumplimiento a la directiva comunitaria aprobada por el Parlamento y el Consejo Europeo el 16 de diciembre del año 2002.
Hasta ahora, esta obligatoriedad se limitaba a las nuevas construcciones o a los inmuebles que se reformaban.
Plan de ahorro
El Real Decreto sobre eficiencia energética de los edificios se enmarcará dentro del Plan de Ahorro Energético 2008-2011, con el que se pretende reducir el consumo de energía en 44 millones de barriles de petróleo, lo que supone el 10% de las importaciones anuales de crudo de España.