El leasing, herramienta para una crisis
En los últimos meses no hay día que pase sin que surjan nuevas noticias que acrecientan la incertidumbre sobre la situación económica. Se habla de falta de confianza y, al mismo tiempo que se pide tranquilidad, desde todos los sectores se trata de buscar fórmulas que contribuyan a afrontar el actual escenario con las mayores garantías posibles.
Aunque no existen varitas mágicas, sí que hay herramientas que, en el actual contexto, pueden ayudar a que la actividad empresarial no sucumba ante los constantes vaticinios de recesión. Una de ellas es el leasing, que se mantiene como uno de los instrumentos de inversión financiera más utilizados por las pymes, precisamente el sector más vulnerable en situaciones como la que vivimos.
El 30% de toda la inversión empresarial española se financia a través del leasing, dato que hace que en este tipo de coyunturas esta herramienta asuma un rol importante, pues, ante la reducción de las inversiones empresariales, este sector se ve considerablemente afectado. Si bien, no es menos cierto que este descenso será menor que el de las inversiones que se realizan, en general, en España, ya que muchos empresarios han entendido que el momento actual es bueno también para optimizar sus procesos productivos, mejorar sus instalaciones y ganar en productividad y competitividad, esperando mejores momentos del mercado.
Y es precisamente aquí donde cobra importancia el leasing, puesto que es un instrumento que permite a las empresas la amortización fiscal acelerada del bien financiado respecto a las tablas marcadas en el Plan General de Contabilidad. Además, el leasing facilita a las pymes -que constituyen el 99,7% del total de empresas españolas y que generan el 63,9% de la totalidad del empleo- un plazo de financiación más cercano a la vida útil de los equipamientos que se adquieren por esta vía.
Paralelamente, y en momentos en que la liquidez y el flujo de caja son valores al alza, por medio del leasing se accede a la financiación del 100% del valor, al tiempo que se aplaza y fracciona el pago del IVA. En definitiva, el leasing propicia una contabilidad que estimula la inversión, por las ventajas fiscales que supone.
Prueba de las virtudes del leasing son los 14 años consecutivos en los que la inversión por este concepto no ha parado de crecer, ganando cuota, incluso, a otras formas de financiación. Sólo el pasado año se formalizaron en España 295.929 operaciones, que supusieron 21.545 millones de euros, un incremento del 15,38% con respecto al ejercicio anterior.
De todas estas cuestiones y cifras, así como de los retos a los que se enfrenta la economía, se habló recientemente en la Convención Anual Leaseurope, que en esta edición se ha celebrado en España. En ella, 400 expertos financieros y miembros de las entidades de leasing europeas han coincidido en las posibilidades que brinda el leasing, que en Europa movió en 2007 más de 339.000 millones de euros, para contrarrestar una situación de aparente ralentización en inversión y explorar nuevas oportunidades de expansión.
Decía al principio que desde todos los sectores se trata de buscar fórmulas que contribuyan a afrontar el actual escenario con las mayores garantías posibles. Ya se sabe que los árboles, en ocasiones, no permiten ver el bosque. No dejemos que en el caso del leasing, en el que España ocupa, actualmente, el cuarto puesto en el índice europeo de países con mayor volumen de inversión en esta fórmula en el sector inmobiliario y el quinto lugar en arrendamientos mobiliarios, suceda tal cosa. Si el leasing lleva 30 años demostrando que es una herramienta financiera eficaz para incentivar el tejido empresarial, sería muy conveniente potenciar su uso y más en el contexto actual.
Juan Antonio Astorga Sánchez. Profesor de la Universidad Internacional de Cataluña