India descubre España como socio inversor y comercial
Están en juego proyectos de infraestructuras por 115.000 millones.
Acostumbrados a la sempiterna presencia británica y al tradicional interés inversor de estadounidenses, franceses, alemanes y japoneses, las autoridades indias están descubriendo en las últimas semanas la apuesta de España, un socio desconocido de la UE, por elevar su presencia en el país asiático. Los efectos del terrorismo, sobre todo los últimos atentados en cadena en Bombay, la capital financiera, y la necesidad de reducir su impacto al mínimo en la economía han unido los intereses de ambos países. Al reciente viaje del ministro de Industria, Miguel Sebastián, para inaugurar el foro empresarial hispano-indio organizado por el Icex en la segunda semana de diciembre se une ahora el desplazamiento que hará la vicepresidenta, Teresa Fernández de la Vega, desde el día 2 de enero. El objetivo no es otro que aumentar las exiguas relaciones entre ambos estados, cuyos intercambios comerciales apenas alcanzan los 2.000 millones de euros al año, y representan un 0,5% de sus cuotas exportadoras.
De la Vega, que se entrevistará con la presidenta Sonia Gandhi, lleva un mensaje de 'solidaridad y confianza' para ayudar a atajar el terrorismo, que es lo que más valora ahora el Gobierno indio, temeroso de que desaparezca el flujo inversor exterior de los últimos años. Además, la vicepresidenta tiene en mente dar un espaldarazo a varios proyectos económicos en maduración desde hace semanas. Uno de ellos es la posibilidad de que empresas españolas asesoren en el desarrollo del tren de alta velocidad indio. La sociedad estatal P4R está inmersa en ello. El Ejecutivo indio quiere atraer 115.000 millones de euros del exterior hasta 2015. Parte de ellos irán a financiar infraestructuras. En el caso del ferrocarril, la red tiene una longitud de 63.221 kilómetros, de los que sólo están electrificados el 28%. En carreteras, la inversión prevista hasta 2012 es de 34.000 millones de euros, de los que 16.000 millones deberían provenir del sector privado.
En la agenda de De la Vega se encuentra también otro proyecto por el que empresas españolas fabricarán submarinos y aviones de reconocimiento marítimo para las autoridades indias.
La vicepresidenta De la Vega inicia el día 2 una visita al país asiático de apoyo político y económico
Hasta ahora son pocas, apenas varias decenas, las firmas españolas con experiencia en el país. Entre ellas se encuentra Roca que emplea en la India a 3.000 personas, dispone de cinco fábricas y cinco centros de venta. Otras están apostando fuerte como Befesa. Especializada en tratamiento e infraestructuras de agua comenzará gestionar en 2009 una planta desaladora en Chennai, al sur del país.
Todas las inversiones exteriores deben pasar por el filtro de las regulaciones técnicas y aranceles, por lo que es deseable un buen asesoramiento. 'Es mejor conocer la ley antes de embarcarse en proyectos millonarios', recalca a CincoDías Alok Sinha, abogado del Tribunal Supremo de India y presidente de Bhartiya Society. El Gobierno indio es consciente de esta dificultad y tiene previsto en los próximos meses la reducción de trabas administrativas. Pero las cosas van despacio. Una reactivación de la ronda de Doha de la OMC, pendiente para 2009, ayudaría sobremanera. Pero ésa es otra historia.
'Toreros' en Nueva Delhi
Con apenas cuatro meses de existencia el restaurante de comida rápida que la cadena catalana FrescCo (Grupo Agrolimen) ha abierto en Gurgaon, a las afueras de la capital india, es una buena prueba de cómo se pueden hacer negocios aprovechando la pujanza del consumo interno del país. 'Ofrecemos algo diferente para la clase media-alta y por un precio asequible para sus bolsillos', indica Deepak Bhatia, gerente del establecimiento, que se encuentra ubicado en el interior de un gran centro comercial (Ambience Mall). Por 400 rupias, unos 6,5 euros, tienen acceso a un bufé occidental, que la cadena elabora a base de ensaladas mediterráneas y comida española entre la que se encuentran platos tradicionales como la paella. Eso sí, con picante. Los camareros visten con montera torera a modo de guiño a la clientela. 'Con las propinas, el sueldo de los camareros puede duplicar las 15.000 rupias (250 euros al mes) que es el salario medio en India', añade.A la vista del éxito del restaurante, FrescCo tiene previsto abrir más de 50 en los próximos diez años, de la mano de un socio local con el que comparte una sociedad mixta.
Claves para invertir en el país
ATRACTIVOS Con un crecimiento medio del PIB del 8% en los últimos años y una población de 1.100 millones (34 millones de clase alta), se trata de una de las principales economías emergentes. Tiene una gran necesidad de desarrollo en infraestructuras, energía y servicios profesionales. Sensible a la inversión extranjera (24.000 millones el pasado año), cuenta con mano de obra barata, de habla inglesa y de gran capacitación técnica.ZONAS ESPECIALES Las SEZ son zonas especiales de inversión que funcionan como áreas extraaduaneras. Las empresas afincadas allí tienen incentivos tributarios como 10 años de vacaciones fiscales. No pagan impuestos durante los dos primeros años y tienen una deducción del 50% en los cinco siguientes. Libres de aranceles a la importación de bienes de capital y materias primas.TRÁMITES Se permite el 100% de participación extranjera en la fabricación de bienes. Sin embargo, existen límites a la entrada en ciertos sectores como el juego, el comercio minorista, el ferrocarril y la industria química. Todas las inversiones son repatriables. Se pretende seguir eliminando licencias, restricciones y otros controles burocráticos.TECNOLOGÍA Los servicios de software han experimentado un fuerte impulso y son los más importantes con un superávit de 30.000 millones de dólares.EMPRESAS India se caracteriza por una fuerte presencia de la empresa pública en todos los sectores y por la existencia de poderosos conglomerados industriales privados de origen familiar como el grupo Tata. El Gobierno pretende una mayor apertura comercial. En 2007 se iniciaron negociaciones para la firma de un acuerdo de libre comercio con la UE, que incluiría bienes y servicios.