Más loterías y menos tragaperras
El Libro Blanco del Juego recoge la evolución del sector desde 1979.
En los últimos 25 años las máquinas tragaperras han perdido terreno a favor de las loterías del Estado. También han bajado un poco los bingos, y han subido la ONCE y los casinos. El Libro Blanco sobre el Juego en España, presentado ayer, detalla la evolución del sector entre 1979 y 2007.
Las tragaperras han pasado de representar el 65% del mercado al 41%, y las loterías (Nacional, Primitiva, Quiniela y otras), del 15% al 32%. El informe lo ha elaborado el Foro ALEA, formado por asociaciones de administraciones de loterías y empresas que proporcionan software al sector.
Pablo Lamata, director de Investigación de ALEA, resaltó que el porcentaje del sector público en España (Estado+ONCE) representa el 39% del total (era el 17% en 1985), mientras que en Europa sólo alcanza el 22%. 'En los años de recesión se deriva aún más hacia lo público', añadió.
Esa diferencia con otros mercados la atribuye ALEA a la tradición y a la red comercial y social que promociona la lotería entre todo tipo de gente. Manuel Izquierdo, presidente de Anapal (Agrupación Nacional de Asociaciones Provinciales de Administraciones de Loterías), señaló que sería un error cambiar la red por otra de máquinas en comercios no exclusivamente dedicados a la lotería, como la que hay en Francia y el Reino Unido, porque los vendedores prestarían menos atención a un negocio que les da menos dinero que otros.
Hoy se producirá la última reunión entre los administradores de lotería y Loterías y Apuestas del Estado, en la que abordarán posibles cambios en el sistema de venta de billetes de lotería.
El estudio cuenta, además, que el perfil de los jugadores ha variado bastante entre 1985, fecha del anterior Libro Blanco, y 2008. La quiniela era un juego de hombres en torno a la cincuentena; ahora el rango de edad abarca desde los 16 años hasta los 44. Ha crecido, en cambio, la edad de los jugadores de la Primitiva. La Lotería Nacional, más propia de hombres en 1985, la juegan ahora también las mujeres; la ONCE y los bingos siguen siendo más bien femeninos, y las tragaperras y los casinos, masculinos. El bingo tiene un impacto específico entre las jóvenes (de 16 a 24 años) y las mujeres de 45 a 64.