CAM vende tres sedes al fondo de pensiones de sus empleados
Caja Mediterráneo (CAM) cerró ayer la venta de tres de sus inmuebles más representativos, los edificios que ocupa tanto la sede central en Alicante, como las de Valencia y Barcelona, al fondo de pensiones de los empleados de la caja. La operación, según comunicó la entidad presidida por Vicente Sala, supondrá un ingreso en la caja de 62,8 millones de euros. El precio, inferior al que se había barajado en el inicio de las negociaciones -se estimaba en unos 70 millones de euros- se ha fijado con una tasación independiente.
CAM logra así una inyección de liquidez que tiene una doble vertiente, ya que también libera fondos del balance. Este tipo de operaciones han sido comunes en la banca mundial en los últimos años. En España el caso más llamativo fue el del grupo Santander, que colocó todos sus edificios, incluida la red de oficinas.
De momento, CAM sólo ha vendido tres edificios emblemáticos. Fuera se ha quedado incluso la sede de Murcia, cuya inclusión en el paquete se había barajado.
La operación supone que la entidad se mantiene como inquilino por un periodo de 20 años, con una prórroga de 10 más. A cambio, el fondo de pensiones de los empleados obtendrá un rendimiento mínimo anual del 5,5% (los empleados querían alcanzar el 6% cuando se iniciaron los contactos). La caja se reserva una opción de compra ejecutable a partir del décimo año.
En un comunicado, CAM aseguró que el acuerdo 'da más estabilidad al patrimonio del fondo con una rentabilidad atractiva y menos sujeta a los vaivenes del mercado, con la garantía de la propia CAM'.
Salvaguarda
El acuerdo incluye una cláusula de salvaguarda para el caso de que la legislación, en el futuro, no permita la inversión del fondo de pensiones en inmuebles, en cuyo caso, Caja Mediterráneo (CAM) se compromete a recomprar los edificios.