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Energía

Industria ampliará la vida de las nucleares a 60 años si hay una solución al déficit

El futuro de las nucleares será utilizado como moneda de cambio en las negociaciones que Industria mantiene con las eléctricas para buscar una solución al déficit de tarifa. El ministerio tiene un as en la manga: la ampliación de la vida útil de estas plantas, probablemente hasta 60 años, frente a los 40 actuales, si las empresas renuncian a parte de sus ingresos para evitar nuevos déficits.

Las centrales nucleares podrían ser la llave política para resolver el déficit de tarifa, un desfase entre los costes de la energía y lo que pagan los consumidores en la tarifa, que en ocho años ha acumulado 16.500 millones de euros. El Ministerio de Industria negocia desde octubre con las eléctricas un acuerdo, según el cual, éstas deben sacrificar 2.000 millones de ingresos anuales para eliminar un tercio del agujero previsto en 2009. Otra cantidad igual la pagarían los consumidores, a través de subidas de la luz y la restante se subsumiría en los Presupuestos, que financiarían parte de los costes de la tarifa eléctrica.

Ante las dificultades que puedan plantearse en las negociaciones con el sector, el ministerio tiene un as en la manga: la ampliación de la vida útil de las centrales nucleares, que funcionan bajo licencia, desde los actuales 40 años hasta, probablemente, los 60 años, según aseguran a CincoDías fuentes que han participado en las negociaciones. La cuestión no es baladí si se tiene en cuenta que el conjunto del parque nuclear español tiene un valor aproximado de unos 8.000 millones de euros. Un activo que, de no renovarse, las eléctricas deberán retirar de sus balances.

Entre el próximo año y 2014, el Gobierno tiene en sus manos la potestad de renovar o no la licencia de las ocho centrales españolas que explotan con distintas participaciones las cinco grandes eléctricas (ver gráfico). Además de estas renovaciones, que son periódicas (cada 10 años) y otorga el Ministerio de Industria y el Consejo de Seguridad Nuclear, a todas ellas se les termina la vida a los 40 años de su puesta en marcha.

La primera 'en caer' será Santa María de Garoña, propiedad de Nuclenor, en el que participan Endesa e Iberdrola al 50%, cuya renovación está prevista para el 1 de julio de 2009 y el fin de su vida en 2011. El Gobierno se ha mostrado dispuesto al cierre de una planta que se puso en marcha en 1971, si bien, no ha comunicado nada al respecto de forma oficial. Por su parte, Nuclenor solicitó en 2006 una ampliación del permiso de explotación por 10 años.

De ampliarse a 60 años la vida de estas plantas, la propia Garoña podría mantener su funcionamiento hasta 2031.

Si se complica la solución de 'los tres tercios' planteada por Industria para atajar el déficit, fuentes empresariales no descartan que utilice otra vía que hasta ahora había desechado: una reforma del mercado mayorista de la electricidad, que supondría sacar del mismo la energía nuclear, para la que se fijaría un precio regulado. De esta manera, se evitan los beneficios llovidos del cielo que las empresas obtienen por esta energía, que cobra el precio marginal que marcan las tecnologías más caras, el carbón y el gas.

Fuentes del sector creen que ésta será la solución final al déficit de tarifa, dado que las propuestas de Sebastián (que implican a Economía) no resolverán el desfase. 'Entre renunciar al mantenimiento durante 20 años más de un activo como las nucleares o al beneficio regulatorio que obtienen con esta energía, las empresas no deberían tener dudas', añaden.

Con la propuesta de Industria, las empresas renunciarán a 2.000 millones anuales: más de 700 millones del nuevo bono social; 500 millones de la tarifa de la gran industria (G-4) que desaparece y otras partidas menores: compensación al carbón; Elcogás o el coste de la gestión de residuos nucleares aún permanecen en la tarifa.

La reforma se incluirá en la Prospección Energética

Con el arma de la ampliación de la vida útil de las centrales nucleares españolas, el Gobierno tendrá un margen más amplio para negociar y exigir un 'sacrificio mayor' a las empresas para resolver la lacra del déficit de tarifa. Y es que las compañías son las primeras interesadas en solucionar un déficit que financian entre las cuatro mayores del sector y a las que el sistema les adeuda unos 6.000 millones que a la CNE le queda por subastar entre los bancos. La situación está acarreando serios problemas de liquidez a las empresas, que han amenazado con frenar las inversiones, lo que pondría en riesgo la calidad del servicio.Si el Gobierno (en este caso, directamente Moncloa) y las empresas consiguen llevar a buen puerto un acuerdo que incluya la renovación de las licencias a las instalaciones atómicas, éste se perfilará en el plan energético a 30 años que, basado en el llamado documento de Prospección Energética, prepara desde hace tiempo el Ministerio de Industria.La reforma nuclear es más amplia: se cambiarían por sociedades anónimas las actuales agrupaciones de interés económicos (AIE) formadas por las empresas eléctricas, y que actualmente gestionan estas centrales. De esta manera, se pretende mejorar la gestión de las mismas y evitar incidentes, como el acaecido el año pasado en Vandellós II.

Consejo consultivo

Hoy se celebra el consejo consultivo de la Comisión Nacional de la Energía en el que las eléctricas darán su opinión sobre la propuesta de subida de la tarifa de enero. No se esperan demasiadas críticas pese a que consideran el alza, del 3,3%, insuficiente.

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