Irlanda celebrará un segundo referéndum sobre el Tratado de Lisboa
Alemania acude con suspicacias a la cumbre de Bruselas. La estrategia contra el cambio climático y la salida al 'no' irlandés a Lisboa, también en la agenda. La cumbre de la UE respaldó hoy la propuesta francesa para solucionar el bloqueo al Tratado de Lisboa, que consiste en que Irlanda celebre otro referéndum antes de noviembre próximo.
El grupo de los Veintisiete ha respaldado la propuesta francesa para que Irlanda celebre un segundo referéndum para "tratar de conseguir la ratificación del Tratado de Lisboa" antes de que finalice el mandato de la actual Comisión, es decir, noviembre de 2009. Los jefes de Estado y Gobierno alcanzaron este acuerdo, que también incluye que la Comisión Europea seguirá teniendo un miembro por cada país, en la primera sesión de trabajo de la cumbre de la UE, lo que despeja el camino para discutir el plan de reactivación económica y las medidas contra el cambio climático.
Aunque el texto no habla expresamente de condiciones, la forma en que está redactado señala claramente que la concesión a Irlanda va unida a que ese país ratifique el Tratado, rechazada por los irlandeses en una consulta celebrada en junio pasado.
Por la mañana el presidente de la Comisón Europea, José Manuel Durao Barroso, ha señalado a la radio irlandesa que el Tratado ya no puede ser modificado. "Lo que sí es posible es dar a los irlandeses algunas garantías legales vinculantes de que los aspectos que crean preocupantes serán tomados en cuenta... esos puntos no serán aprobados en contra de la voluntad de Irlanda", ha asegurado.
Suspicacia alemana
En el plano económico, Alemania continúa con suspicacias en el seno de la reunión que comienza hoy en Bruselas con el objetivo de consensuar una política europea común para hacer frente a la crisis económica. La canciller alemana, Angela Merkel, se ha mostrado reacia a aportar más dinero del que ya tiene previsto a los planes de ayuda a la economía y afronta presiones internas para que intervenga con más decisión en la crisis. "Alemania es consciente de su responsabilidad como mayor economía europea", ha asegurado la canciller antes de la reunión. En la cumbre, los jefes de Gobierno europeos debatirán un plan de estímulo económico esbozado por la Comisión y valorado en 200.000 millones de euros.
El ministro alemán de Hacienda, Peer Steinbrück, ha criticado que otros países europeos "tiren miles de millones" de euros. "La velocidad a la que se hacen propuestas bajo presión que no pasarían ningún examen económico es escalofriante y deprimente", ha dicho el ministro en una entrevista a la revista Newsweek. "Los mismos que nunca tocarían sus déficit están ahora tirando miles de millones", critica.
Steinbrück critica también al primer ministro británico por abandonar la prudencia fiscal con bajadas de impuestos y por abrazar políticas que originarán una enorme deuda pública para el futuro.
Alemania es reticente a destinar más fondos a planes de rescate económicos y se resiste a reducir la tasa del IVA, como ha hecho Reino Unido. En realidad, argumenta que su plan económico, valorado en 31.000 millones, es similar al de otros países europeos y no tiene por qué ampliarlo: Ya incluye ayudas a las familias y empresas con subsidios, inversiones y rebajas fiscales. El plan francés está valorado en 26.000 millones, mientras que el británico asciende a 30.000.
Ampliación
La cumbre tiene también otros dos puntos de interés. Por un lado, los Veintisiete tienen que decidir si siguen adelante con la política del 20-20-20 contra el cambio climático -20% de reducción de emisiones de CO2 para 2020 con respecto a 1990, 20% de consumo de energía renovable para 2020 y 20% de reducción del consumo energético en esa fecha- pese al coste que tendrá para las empresas europeas en épocas de crisis.
Por otro, deben encontrar una salida definitiva al Tratado de Lisboa, que rediseña las instituciones europeas y que fue rechazado en referéndum por Irlanda. Ahora las perspectivas parecen más halagüeñas y la presidencia francesa presentará un plan para proponer una nueva consulta en Irlanda el año que viene con enmiendas al tratado que lo hagan más aceptable para los irlandeses. El propio ministro irlandés de Exteriores ha ido en esa dirección hoy al decir que podría haber una nueva consulta en 2009 si se garantiza a Dublín un asiento permanente en la Comisión -el tratado de Lisboa diseña una nueva CE con menos comisarios que países miembros.