La medidas de reactivación superan los ocho billones
Sólo la UE destina más de 250.000 millones a gasto fiscal.
Durante las últimas semanas, y a medida que se acumulan las evidencias del colapso financiero y la crisis económica global, las principales potencias del planeta se han lanzado en una vorágine de ayudas públicas para reactivar la actividad o, al menos, minimizar la caída. Unas ayudas difíciles de cuantificar, porque abarcan desde la intervención fiscal expansiva (según las tradicionales recetas keynesianas) hasta garantías o avales para los créditos, pasando por la nacionalización parcial o total de entidades financieras en dificultades.
España es uno de los países que más esfuerzo está haciendo en relación a su economía, habida cuenta del pinchazo de la burbuja inmobiliaria interna. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció el jueves un estímulo fiscal de 11.000 millones de euros, centrado en la financiación de obras públicas para detener la sangría laboral de la construcción, a sumar a otros 15.000 anunciados previamente. Antes, se habían comprometido ayudas y garantías a entidades crediticias por 250.000 millones.
El liderazgo europeo en intervención se está produciendo en el Reino Unido, el país menos proclive a la participación del Estado en la economía. Amén de rescates financieros, nacionalizaciones bancarias y garantías por hasta 640.000 millones, el gobierno del relanzado Gordon Brown acaba de anunciar un recorte de 2,5 puntos en el IVA, que supone un estímulo fiscal de 23.500 millones.
Al otro lado del Canal de la Mancha, el gobierno francés ha lanzado un plan de rescate bancario de 360.000 euros, y ya ha anunciado estímulos fiscales por 22.000 millones centrados en ayudas para las pymes. En los próximos días se espera un paquete adicional que tendrá como protagonista al sector del automóvil.
El viernes, Italia presentó un plan de estímulo de 80.000 millones de euros que incluye un subsidio para familias de bajos ingresos, ayudas hipotecarias y mayores gastos en obras públicas.
China, juez y parte
Todos los estímulos requerirán ingentes emisiones de deuda pública, y el país más capacitado para comprarla es China. Sin embargo, Pekín ha anunciado también un paquete de 455.000 millones de euros, que deberán financiarse en parte con las reservas acumuladas gracias al superávit corriente.
Si se añaden estímulos de países como Rusia, Holanda, Japón y otros, la suma comprometida asciende al menos a 8,2 billones de euros en todo el planeta.
El adalid capitalista lidera la intervención
La primera piedra de los apoyos públicos a la economía se lanzó en Estados Unidos, un país donde la intervención estatal es anatema.A principios de octubre, tras el derrumbe de la banca de inversión y en plena campaña electoral, el Congreso aprobó a la segunda un plan de rescate de 700.000 millones de dólares (unos 480.000 millones de euros), destinados a la compra de activos de baja calidad, nacionalizaciones bancarias y ahorros fiscales. Además, se han anunciado apoyos financieros, avales y garantías por valor de 5,7 billones. La Administración en funciones de George Bush acaba de lanzar otro paquete de 617.000 millones para reactivar el consumo y el mercado hipotecario. El presidente electo, Barak Obama, aprobará un nuevo paquete de incentivos fiscales cuando tome posesión.