El nuevo plan de reactivación de la obra pública durará hasta 2010
El nuevo programa de inversiones en obra pública que el Gobierno anunciará mañana en el Congreso tendrá un horizonte de dos años, según avanzó ayer en Madrid José Luis Rodríguez Zapatero. Su principal objetivo será detener la destrucción de empleo que deriva, sobre todo, del sector de la construcción, de ahí que se vaya a implicar también en el mismo a comunidades y ayuntamientos.
Además de estimular la demanda mediante un aumento de la inversión pública, el Gobierno se propone movilizar un gran volumen de obra pública al margen de las previsiones que ya contiene el Programa Estatal de Infraestructuras del Transporte (PEIT). Dicho programa abarca inversiones por 250.000 millones de euros hasta 2020, pero no tendrá efectos a corto plazo en la disminución del desempleo. Para el año que viene se han reservado 13.100 millones. Por esta razón, el equipo económico del Gobierno y los principales ministerios inversores han trabajado en las últimas semanas en un plan que sirva para absorber mano de obra intensiva y que, al menos en parte, sea coordinado con comunidades y ayuntamientos. El grueso de las medidas descansarán en la inversión en obra pública y tendrán una proyección temporal de dos años, según anunció ayer Zapatero en una jornada organizada por The Economist.
A juicio del presidente, la situación de 'excepcionalidad' por la que atraviesa la economía mundial justifica, también en el caso español, que pueda superarse el 3% de déficit fijado como límite en el Pacto de Estabilidad. Este criterio, defendió Zapatero, debe ser coyuntural y debe ir destinado, sobre todo, a impulsar la demanda. El mismo objetivo debería tener, a juicio del presidente, la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), 'que sólo puede pensarse para aumentar la disponibilidad de la renta de las familias y ayudar a una recuperación razonable del consumo'. Zapatero confía, pues, en que el BCE bajará los tipos de interés y ayudará también a alimentar la confianza 'en el horizonte y en la previsibilidad que el conjunto de los actores económicos, incluidos los gobiernos, podemos ofrecer a los ciudadanos'.
Margen fiscal añadido
El presidente cree que el BCE bajará más los tipos de interés para estimular la demanda
En el mismo foro, el vicepresidente económico, Pedro Solbes, avanzó que España tiene 'poco, pero algún margen fiscal' para la adopción de nuevas medidas de reactivación económica, lo que se interpreta como la antesala de alguno de los anuncios que Zapatero hará mañana también en el Congreso. Las medidas fiscales adoptadas hasta ahora por el Gobierno han inyectado 16.500 millones en la economía, a los que habrá que sumar 1.800 millones más provenientes de la supresión del impuesto sobre patrimonio que ayer fue decidida por el Congreso. En total, casi dos puntos del Producto Interior Bruto.
Zapatero no disimuló su optimismo. Consideró que las reformas estructurales que hay en marcha, sumadas a las fortalezas de la economía española, harán posible salir 'bien de la crisis' y eludir de esta forma las previsiones más pesimistas de los organismos internacionales. En este contexto, realizó una llamada a los 'actores económicos' para que 'mantengan viva la convicción de que este momento de crisis a nivel general dura y difícil se va a recuperar'. En la medida en que 'más actores estemos convencidos de que esta crisis se va a vencer bien, adelantaremos todas las posibilidades que hoy tenemos para que el periodo más difícil dure lo menos posible', añadió.
En un foro empresarial de esta naturaleza, el presidente se esforzó también en seguir presentado a España como un país atractivo para la inversión extranjera y en elogiar el libre juego del mercado sin ceder 'ni al intervencionismo que profesan algunos gobiernos conservadores ni al proteccionismo'.
Solbes prevé una inflación por debajo del 1% a mitad de 2009
La inflación se situará en julio del año que viene por debajo del 1%, vaticinó ayer el vicepresidente económico, Pedro Solbes, quien pronosticó que a partir de ese momento iniciará de nuevo una tendencia ascendente a medida que vaya recuperándose la demanda interna. Este mes de noviembre, el IPC acabará en el 2,5% y en diciembre descenderá varias décimas.El vicepresidente señaló que, a pesar de esta caída en los precios, el Gobierno no está preocupado en estos momentos por la deflación. En su opinión, el comportamiento de los bancos centrales abordando rebajas de tipos de interés debería dar lugar a una mayor demanda y ser un 'buen elemento' para evitarla. No obstante, reconoció que es algo que hay que seguir de cerca e impedir 'por todos los medios, pues es algo que hemos aprendido de los japoneses'.Zapatero corroboró estas previsiones del vicepresidente y confirmó el interés del Ejecutivo en impulsar todas las reformas estructurales que pueden acabar fomentando la competencia. Entre ellas, citó la liberalización de los sectores del transporte y la energía.
Apuesta por una reforma rápida del sistema financiero
Las reformas del sistema financiero decididas en la reciente cumbre de Washington deben desarrollarse de la manera más rápida posible. Esta es la opinión expresada ayer por José Luis Rodríguez Zapatero, partidario de garantizar cuanto antes la transparencia a través de un nuevo modelo de supervisión que posibilite luchar contra los paraísos fiscales, establecer más garantías 'y replantearse algunos productos financieros'.El presidente abogó por 'volver cuanto antes a un sistema que de seguridad a los inversores, a los ahorradores, a los depositantes y también a los gobiernos, porque ya se puede imaginar que todo este terremoto que se ha vivido, a quien también ha puesto en una situación comprometida desde el punto de vista de la seguridad general de la economía, ha sido a los gobiernos'.A juicio de Zapatero, 'supervisar no es intervenir, es garantizar un buen funcionamiento de las cosas'. Desde esta premisa, insistió en que 'deberíamos no perder el ritmo que se consiguió ganar en la cumbre de Washington para lograr este objetivo'.