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Finanzas

Ordóñez recela de la entrada de los Estados en el capital de los bancos

El gobernador del Banco de España, Miguel Fernández Ordóñez, se mostró ayer contrario a la entrada de dinero público en el capital de los bancos. 'Si un Gobierno logra un paquete grande de acciones, los inversores pensarán que puede ser nefasto porque puede alterar la política crediticia de la entidad', afirmó en el Senado. Francisco González, presidente de BBVA, pidió que la intervención pública sea temporal.

Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España
Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de EspañaJUAN LÁZARO

España eligió su modelo financiero a principios de la década de los noventa: 'Bancos absolutamente privados, bien regulados y supervisados'. Así lo recordó ayer Miguel Ángel Fernández Ordóñez durante su intervención ante la Comisión de Presupuestos del Senado. El responsable del Banco de España admitió que ve 'con preocupación que países muy importantes empiecen a entrar en el capital de sus bancos' a raíz de la crisis financiera internacional.

A Fernández Ordóñez le llama la atención, no obstante, 'que el mercado haya tratado peor las cotizaciones de los bancos donde ha entrado un Gobierno' que las de aquellos que han mantenido completamente su carácter privado. El respaldo estatal no ha aupado a las primeras entidades en Bolsa porque 'si el Gobierno logra paquetes grandes, los inversores probablemente pensarán que esto puede ser nefasto porque puede alterar la política crediticia de la firma', explicó el gobernador. Y añadió, 'en el momento en el que obligamos a un banco a dar un crédito a quien no lo va a pagar, se ha acabado la misión del sistema financiero'.

El responsable del supervisor aprovechó para recordar que 'las entidades españolas están demostrando una capacidad de resistencia ante esta situación de turbulencias financieras mayor'. Esto no impide que bancos, cajas y cooperativas tengan que lidiar con varios desafíos como el encarecimiento de la financiación, la reducción del negocio y el aumento de la morosidad.

Concluyó diciendo que 'tiene la esperanza de que si nuestras instituciones fueron eficaces en el momento expansivo del ciclo, se pondrán las pilas para mantener su cuenta de resultados, que es la primera línea de defensa ante cualquier amenaza'.

Intervención temporal

Con unos argumentos similares a los del gobernador del Banco de España, se dirigió ayer el presidente de BBVA a los asistentes del foro Latibex. Francisco González se mostró ayer poco partidario de una participación prolongada del sector público en las entidades financieras. Un protagonismo excesivo de los gobiernos en los bancos podría contribuir 'a distorsionar la competitividad y perjudicar a las entidades que han realizado una correcta gestión de riesgos en los últimos años'.

De hecho, al efectuar un repaso sobre lo acordado tras la reunión del G-20, hizo hincapié en que la reforma debe basarse en el libre mercado, el Estado de Derecho, el respeto a la propiedad privada, la apertura y el libre comercio y no en otro tipo de sistema como, aseguró, ya habían aventurado otros.

El primer ejecutivo de la entidad financiera asumió que -tras unos tiempos de desorden y codicia que en su opinión son los causantes de la crisis- es inevitable una mayor regulación y control por parte del sector público en aquellos casos en los que no se ha actuado correctamente. Sin embargo, exigió, esta intervención no es necesaria en 'los sitios donde se han hecho bien las cosas y no necesitan ayudas'.

A este respecto, el presidente del segundo banco del país pidió que las entidades dañadas que han recibido ayudas no jueguen con ventaja frente a quienes han hecho los deberes. Además exigió que la intervención que se haga por parte de los Estados se retire cuando pase la crisis y la situación de los grupos financieros lo permita. A pesar de haber dividido las entidades bancarias entre las que han hecho o no sus obligaciones, González destacó la importancia de diseñar, al fin y al cabo, normas comunes para todos. El futuro cercano pasa, según el directivo, por un sistema más 'prudente' y con reglas del juego más claras. Para avanzar en esa dirección hay que asumir que el gremio tendrá una mayor presencia del sector público, concluyó.

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