El AVE fagocita al avión, pero no crea mercado
El tren quita al avión el 46% del mercado, pero sólo genera un 4% de pasajeros adicionales.
El año 2008 se había anunciado como el de la gran batalla entre el tren de alta velocidad y el avión. La puesta en servicio en diciembre y febrero últimos de tres líneas del AVE (Madrid-Barcelona, Madrid-Málaga y Madrid-Valladolid) auguraba una competencia feroz.
En un principio, a la representación del combate no había sido invitada la crisis económica. Pero la desaceleración galopante ha terminado por convertirse en un factor determinante en el cuadrilátero.
Hoy ya se conocen las primeras estadísticas del duelo AVE-avión. Los datos reflejan que, en alguna parte del guión se han cumplido las previsiones, mientras que en otros aspectos cruciales los vaticinios han fallado de manera evidente.
Tomando como referencia el corredor más importante de los inaugurados, el Madrid-Barcelona, se ha constatado mes a mes cómo la puesta en servicio del AVE el día 20 de febrero marcó el ascenso imparable del tráfico del tren veloz, tanto en operaciones como en pasajeros, y el inicio del declive del dominio de las conexiones aéreas, con severas consecuencias para uno de los productos de la aviación civil española con más raigambre: el Puente Aéreo de Iberia.
Durante el mes de febrero de 2008 los pasajeros de las cuatro compañías aéreas que vuelan la ruta Madrid-Barcelona (la citada Iberia, Spanair, Air Europa y Vueling) sumaron un total de 416.060 pasajeros, según la cifras de AENA. El AVE arrancó su servicio directo ese mismo mes con 51.261 pasajeros. Tres trimestres más tarde, en el mes de octubre, el tren veloz contabilizó 247.900 viajeros, frente a los 290.657 personas que transportó el avión. El reparto del pastel, que en febrero era del 88% para el avión y del 12% para el AVE, en octubre estaba a punto de darse la vuelta: el tren veloz transportó el 46% de los pasajeros y las líneas solo lograban conservar el 54% restante.
Los profetas vaticinaron que el AVE ganaría al avión, pero el indudable éxito del tren veloz se ve ensombrecido por el empobrecimiento de la demanda.
Las compañías aéreas transportaron entre enero y octubre del año pasado entre las dos principales ciudades españolas 3,974 millones personas, que sumadas a los 659.824 pasajeros del tren en ese mismo periodo, dan como resultado un tráfico total de 4,633 millones de pasajeros.
En los nueve primeros de 2008 las aportaciones se han modificado en favor del ferrocarril. Las aerolíneas transportaron 3,129 millones de pasajeros, mientras que el tren veloz llevó a 1,688 millones de personas. La suma de ambos da un tráfico total de 4,818 millones de personas.
La irrupción del AVE sólo ha permitido trasvasar la cliente del puente aéreo hacia las vías del tren velos, pero de la anunciada inducción o creación de una nueva demanda apenas se han tenido noticias. Entre enero y octubre de 2008 el corredor, ya sea en tren o en avión, sólo ha conseguido añadir 184.945 nuevos viajeros a sus estadísticas en comparación con 2007. En suma, que la puesta en servicio del AVE sólo ha generado un 4% de tráfico nuevo.
El importante trasvase de clientes del avión al ferrocarril ha producido un deslizamiento muy significativo de la oferta de vuelos y frecuencias de tren. Iberia, por ejemplo realizó en octubre de 2007 un total de 2.312 operaciones en la ruta, frente a 1.862 el mes pasado. Spanair, por su parte contrajo en un 35% su número de vuelos.
En sentido inverso, Renfe ha hecho crecer su oferta de 20 trenes al día de hace un año, a 34 en febrero pasado y a 50 trenes en octubre. A la vista de estas cifras habrá que concluir, por lo menos de momento, que los recursos puestos en explotación no se justifican con el exiguo crecimiento del 4% en el número de pasajeros.
De los datos de la evolución de la oferta de las aerolíneas hasta octubre se desprende que el AVE ha arrancado pasajeros principalmente a Iberia y a Spanair. Air Europa se mantiene en los niveles de hace un año y Vueling incluso mejora su posición. Ello demuestra que la oferta del AVE ha tenido éxito entre los viajeros de negocios, mientras que Renfe ha sido calculadora y muy cautelosa en el lanzamiento y puesta en el mercado de billetes de bajo precio.