7.000 kilómetros de emociones
Miguel Ángel Gimeno narra en un libro su peregrinaje a Jerusalén.
El 19 de marzo de 2001 Miguel Ángel Gimeno y Juan Francisco Fernández, Kiko, salieron de Madrid a pie rumbo a Jerusalén. Se habían conocido dos años antes haciendo el Camino de Santiago y no tardaron mucho en añorar la experiencia. Dejaron atrás familia, trabajo, confort y seguridad para recorrer más de 7.000 kilómetros, sin dinero, 'sin llaves', todo un símbolo de lo que dejaban atrás, observa Miguel Ángel Gimeno. Un año después, cuatro meses por debajo del tiempo presupuestado, llegaban a Jerusalén. Al entrar en el Santo Sepulcro, Miguel Ángel Gimeno se dio cuenta de que el objetivo no era lo más importante del peregrinaje, sino los descubrimientos y las lecciones aprendidas.
Como que dinero y poder vuelve a las personas egoístas y que los más pobres son los más generosos. 'En Francia, España e Italia nos han negado el pan y el agua y en Turquía y Siria nos han abierto todas las puertas', recuerda Miguel Ángel Gimeno siete años después. Este empresario, autor de cuentos y de la novela El tiempo perdido (1999), ha recopilado los sucesos acaecidos durante el viaje y la trascendencia que tuvieron en la vida de ambos caminantes en el libro El camino del alma (Andando a Jerusalén) -se puede adquirir en las tiendas de Coronel Tapioca, uno de los patrocinadores de la aventura, al precio de 30 euros junto con un DVD y un CD-.
El libro relata su aventura en este viaje espiritual en el que, entre otras vivencias, colaboraron con el ejército español en los Balcanes en misiones humanitarias y fueron detenidos en Siria al ser tomados por espías en los Altos del Golán. 'He aprendido a confiar y aceptar lo que viene', dice tras descubrir un mundo distinto al de nuestra sociedad material.