Ricos, sanos y felices
Bruselas ha revelado hoy que los europeos con ingresos más altos, buena salud, un puesto de trabajo seguro y un nivel de educación elevado se declaran más felices y satisfechos con su existencia que el resto de los mortales. El descubrimiento lo ha hecho una Agencia comunitaria, con sede en Dublín, cuyo presupuesto ascendió en 2007 a 19 millones de euros.
La Agencia en cuestión cuenta con una plantilla de 84 funcionarios, según su memoria del año pasado. Y a juzgar por la partida presupuestaria de personal (10 millones de euros, la mitad de todo su presupuesto anual) es probable que muchos de ellos puedan encuadrarse en la categoría de personas felices y satisfechas descrita por su investigación.
Pero la inversión merece la pena, porque después de 35.000 entrevistas cara a cara realizadas entre septiembre de 2007 y febrero de 2008, la Agencia dublinesa ha llegado a conclusiones tan sorprendentes como que "los estándares de vida y el bienestar de los europeos guardan una estrecha relación con la economía del país donde viven".
Jorma Karppinen, el previsiblemente feliz director de la Agencia, tradujo el hallazgo a palabras mucho más ininteligibles. "Las diferencias en cuanto a la satisfacción vital y la actitud hacia el futuro subrayan las significativas desigualdades en las condiciones y en la experiencia de la vida diaria de los europeos" [la traducción de la tortuosa frase es obra de este blog].
El comisario europeo de Empleo, Asuntos Sociales e Igualdad de Oportunidades, Vladimir Spidla, valoró los hallazgos de la Agencia como "una fuente importante de información, que subraya los desafíos sociales y económicos que afronta la UE tras sus dos recientes ampliaciones".
Pero la felicidad (casi) nunca es absoluta. Los resultados definitivos de la histórica encuesta no se publicarán hasta marzo de 2009. Quizá entonces se descubra que, en realidad, ni el dinero ni la salud dan la felicidad. Hasta entonces, paciencia y resignación.
Foto: Gigantes y cabezudos en rue du Midi, Bruselas (Bmr, 2008)