Mi profesor de física aplicada tiene un Premio Nobel
Harvard, Princeton y Columbia reúnen a los docentes más laureados.
Los profesores más prestigiosos del mundo suelen estar en las universidades más conocidas. El talento tiende a concentrarse y a retroalimentarse, y de ello dan prueba los premios Nobel, que se reparten cada año entre tres o cuatro grandes centros académicos. Aunque el Nobel es sólo un indicador del nivel investigador, es el mejor referente de la calidad docente, a falta de premios internacionales.
Harvard University es una habitual de las listas de los Nobel desde los años 30. Eduardo Ballarín, profesor del IESE y presidente del Harvard Club España, recuerda especialmente al economista Robert Merton, profesor de la Harvard Business School, y premio Nobel en 1997. 'Lo que les importa a los ganadores no es el dinero, sino el reconocimiento internacional', recalca Ballarín. En el plantel de la universidad también figura el profesor de estrategia, Pankaj Ghemawat, reconocido por su trabajo académico y por su contribución a la docencia.
Los ganadores del Nobel entran en una dinámica de reuniones y conferencias que dificulta que sigan dando clases. Luis Ibáñez, profesor de Física en la Universidad Autónoma de Madrid, señala que 'les suele llegar en una edad en la que ya no son activos, algunos incluso están jubilados. Aunque el dinero no les permite dejar de trabajar, se aprovechan de los viajes que les ofrecen'. Con todo, muchos siguen enseñando. Ibáñez destaca a Joe Polchinski (Universidad de California), ganador de la medalla Dirac, y a Franz Wilczek, del Massachusetts Institute of Technology (MIT), Nobel en 2004.
Hay que distinguir entre grandes investigadores y grandes profesores. A veces coinciden ambas cualidades, como en Sidney Coleman, profesor de Harvard que murió el año pasado, y que no ganó el Nobel pero que inspiró a muchos investigadores, cuenta Ibáñez. Otro caso similar es el de Bruce Greenwald, profesor de economía en Columbia, y colaborador habitual de Joseph Stiglitz, que sí ganó el Nobel en 2001. Greenwald ha recibido el título a mejor docente de su universidad, cuenta Josep Sayeras, profesor de Economía de Esade. Otro gran pedagogo es Paul Krugman, Nobel de este año, que da clases en Princeton. 'No he estado en sus clases, pero sus artículos periodísticos tienen un ánimo didáctico increíble', explica Sayeras.
Princeton y Columbia rivalizan con Harvard en profesores renombrados. En Columbia, además de otros economistas como Robert Mundell, Jeffrey Sachs, Jagdish Bhagwati y Xavier Sala i Martín, hay humanistas como el escritor Orhan Parmuk, Nobel en 2006, que enseña literatura comparada. La Universidad de Chicago destaca en economía y otras universidades, como el California Institute of Technology (Caltech) o el propio MIT destacan en el apartado médico, con nombres como Robert Horvitz. La física Lisa Randall apareció en la lista de 100 personas más influyentes de la revista Time en 2007.
Las universidades se 'pican' a ver quién tiene más Nobel, apunta Eduardo Ballarín, pero quizás otros indicadores serían más claros respecto al nivel de la enseñanza, como 'el número de ex alumnos que luego han alcanzado puestos importantes', opina Sayeras. Aunque eso es más difícil de calcular.
Estados Unidos atrae el talento del resto de países
Estados Unidos atrae el talento del resto del mundo, y ha debilitado el papel de las universidades europeas, especialmente las británicas y la Universidad de Berlín, que dominaban los premios a principios de siglo. En Columbia, por ejemplo, destacan dos economistas de fuera, el canadiense como Robert Mundell y el indio Jagdish Bhagwati.Peter Harvey, coordinador de ex alumnos de Cambridge para el área de Cataluña, reconoce que las universidades de EE UU tienen mucho dinero y prestigio, pero recalca el valor de Oxford y Cambridge. Entre la plantilla de profesores actual de esta última, señala al físico Stephen Hawking, gran divulgador, que se jubilará el año que viene al cumplir los 67 años que estipula como límite la universidad.