'El transporte aéreo cae por vez primera en todo el mundo'
Lleva seis años al frente de IATA, la poderosa patronal que representa a 230 aerolíneas en el mundo y gestiona un sistema de compensación de pagos de 315.000 millones de dólares anuales. Es el impulsor de IOSA, el mayor organismo auditor de estandarización de la seguridad operativa de la aviación
El hombre fuerte de IATA, Giovani Bisignani, reconoce que se ha visto sorprendido por la inopinada evolución de un año, 2008, que arrancó para la aviación con buenos augurios pero que va a finalizar en medio de la que denomina 'la primera recesión global'. Lo inesperado de la crisis, no obstante, no le impide desplegar una amplia lista de recetas para intentar superar cuanto antes este mal trance.
Las aerolíneas comenzaron bien 2008, pero la situación se ha deteriorado hasta convertirlo en un año horrible.
Es difícil imaginar un año con más movimientos. 2007 terminó con 5.600 millones de dólares de beneficios para las empresas de IATA, la recuperación del mercado en Estados Unidos, el billete electrónico implantado a nivel global y esperábamos incorporar a la flota 1.200 aviones de nueva generación. Pensábamos que teníamos mucho que celebrar y que 2008 llegaba con los mejores auspicios. Pero la situación empezó a modificarse rápidamente y con los primeros datos negativos sobre la mesa en la reunión anual de IATA que en esta ocasión se celebró en Estambul lanzamos el primer grito de alarma.
¿Cuáles fueron los indicios más preocupantes?
El tráfico comenzó a desplomarse, y el petróleo pasó de 80 a 130 dólares por barril en pocas semanas. Los costes se dispararon y en IATA detectamos el inminente peligro. De inmediato pedimos a nuestros asociados que comenzaran a trabajar juntos, como un equipo, para exigir medidas de eficiencia a los gestores de los aeropuertos y una moderación de las tasas a las administraciones de aviación civil de los distintos Estados.
Pero el petróleo, tras subir disparatadamente, ha vuelto a desplomarse por debajo de los 60 dólares el barril.
El combustible, que era una grave preocupación, con la caída de precios nos daba un respiro. Pero fue entonces cuando nos hemos enfrentado de golpe a un durísimo escenario de recesión económica. Desde entonces el problema no es el combustible, sino la gestión de la oferta, esto es, de la capacidad.
No es la primera vez que el sector de la aviación se encuentra en una situación parecida.
La anterior ocasión que nos enfrentamos a una gran crisis fue en 2001 tras los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos. Entonces el tráfico de pasajeros cayó un 2% y nos costó más de 24 meses volver a recuperar un nivel de crecimiento aceptable.
Esta crisis ¿tiene peor cara?
Para mostrar que no sólo es peor, sino también muy distinta, le comento algunos datos significativos. Usted sabe que nosotros tenemos un sistema de consolidación de pagos de todos nuestros asociados. Cuando alguna de las aerolíneas quiebra o no cumple sus compromisos nosotros la sacamos del sistema. Tras el 11-S tuvimos que expulsar a diez compañías en dos años. Ahora, con pocos meses de dificultades, ya son 30 aerolíneas las que han quedado excluidas. Y estoy convencido de que todavía tenemos por delante año y medio de gran dificultad.
¿Qué compañías no son capaces de cumplir sus obligaciones?
La crisis no respeta a nadie. Pequeñas, grandes, de dentro de IATA, de fuera de IATA, de Europa, de Estados Unidos, de Asia, de estructura tradicional y de bajos costes.
¿Los tráficos low cost tampoco están blindados?
En absoluto. En 2003 el coste del combustible suponía el 14 % de los gastos operativos en las compañías de IATA, y esta cifra se elevó al 29% en 2007. Para las aerolíneas de bajo coste el combustible supuso el año pasado hasta el 35% de sus costes operativos. Las low cost están más afectadas que el resto.
¿Y los mercados emergentes?
La crisis les deja en una situación completamente nueva e inverosímil. En IATA tenemos cada mes la contabilidad de pasajeros en todos los mercados, pero también de la carga. La patronal controla el 35% de todo el comercio mundial medido por el valor de las mercancías transportadas. Llevamos en nuestros aviones fundamentalmente alta tecnología. En principio se pensaba que estos sectores TIC y los países de Asia Pacífico (China e India fundamentalmente) no se estaban viendo afectados por la crisis. Pero hemos comprobado con estupefacción que en el mes de septiembre, de golpe, la carga ha caído un 10%. Tuvimos la sensación inmediata de que las dificultades de EE UU y Europa habían afectado la capacidad productiva y las exportaciones de la zona, en especial de China y de India.
Y en el tráfico aéreo de Asia, ¿también hay crisis?
En China estamos acostumbrados en las últimas décadas a contabilizar incrementos de pasajeros del 25% anual. En India ha sido superior: hasta el 30%. Pero en los últimos meses el desplome ha sido espectacular. China sólo crece al 4%, e India ha entrado en crecimiento negativo. Verdaderamente esta es la primera vez que podemos afirmar que nos encontramos en una situación de recesión económica global. Y en el sector aéreo lo percibimos con claridad. Hemos tenido parones por zonas o por sectores, pero nunca como ahora afectaban a todo el sistema.
'Manejar los costes es la clave de la recuperación'
La acumulación de malas noticias no impiden a Giovani Bisignani vislumbrar una senda por la que será posible llegar a la recuperación. 'Tenemos que ser capaces de identificar primero cuáles son los problemas para de inmediato poner las soluciones, -afirma-. La clave de la recuperación está en saber manejar la capacidad y los costes. Esta es una responsabilidad de las líneas aéreas. Estoy persuadido de que saldremos del túnel con una industria más equilibrada'.IATA tiene la obligación de empujar todos los programas con ayuda de los avances tecnológicos que puedan aportar ingresos y reducción de costes a las compañías aéreas. Bisignani explica que 'hemos terminado con éxito la introducción del billete electrónico. Ahora estamos obsesionados con un programa para crear en el espacio aéreo de los distintos países nuevas rutas que nos permitan volar por corredores directos. Con ello ahorraremos 5.000 millones de dólares en combustible. Hasta la fecha hemos negociado hasta 300 rutas alternativas'.FacturaciónEl uso de los quioscos de autofacturación en los aeropuertos es otra de las medidas que IATA propone para reducir los costes de las aerolíneas. Bisignani afirma que cada pasajero que va a facturar a un mostrador con atención personal produce unos costes de diez dólares, mientras que 'los que realizan esta operación en un quiosco de autofacturación sólo incurren en gastos por un dólar'.Para el número uno de IATA una de las principales asignaturas pendientes de la actividad aérea es la consolidación. Explica que hoy en todo el mundo existen más de 1.000 compañías aéreas de las que unas 230 pueden ser consideradas como grandes aerolíneas. 'En ningún sector de actividad se produce tanta dispersión'.Bisignani asegura que el ajuste de capacidad está siendo muy duro desde que empezó la crisis y que ya hay 525 aviones aparcados en los desiertos. 'De los 1.200 nuevos aviones que se habían previsto incorporar en 2008, sólo se pondrán en servicio 870'.