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Columna
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Borrón y cuenta nueva en Dexia

El nuevo equipo gestor de Dexia ha aprovechado la oportunidad para culpar de los problemas del banco franco-belga al pasado, hacer borrón y cuenta nueva e intentar seguir adelante. El rescatado banco contabilizó unas pérdidas récord de 1.500 millones de euros en el tercer trimestre, resultado de más de 2.000 millones de euros afectados por la crisis. También ha aprovechado para deshacerse de un gran pedazo de la aseguradora estadounidense de monoline en dificultades FSA, mientras intentan enderezar el prolongado problema de la escasez de fondos.

Dexia venderá el negocio asegurador de FSA -la mayor parte relacionado con la financiación pública- a Assured Guaranty, una compañía de garantía financiera de EE UU, por dinero en efectivo y acciones. El dinero, 360 millones de dólares, es apenas equivalente a lo que la filial perdió en el último trimestre. Y Dexia permanecerá expuesto al negocio monoline con el recientemente adquirido 27% en Assured. En total, tendrá que contabilizar una pérdida de 1.500 millones de euros.

Dexia mantendrá la división de gestión de patrimonios de FSA y una cartera de 17.000 millones de dólares de castigados productos financieros. Los Gobiernos francés y belga, que fraguaron un rescate de 6.400 millones de euros del quebrado banco en septiembre, tuvieron que lanzar aún otra tabla de salvación en forma de garantía de aquellos activos, de los cuales una provisión de 1.400 millones de dólares han sido ya anotados.

Si las pérdidas son mayores que las mantenidas actualmente, Dexia tiene en el anzuelo los próximos 3.100 millones de dólares. Si las pérdidas son aún mayores, los Gobiernos francés y belga lo harán efectivo, pero tendrán que capitalizar de forma adicional la compañía para compensar. Estas garantías deben resolver un problema para Dexia, pues no puede vender su maltrecha cartera.

Pierre Mariani, el nuevo consejero delegado del banco, dice que quiere mirar al futuro en la racionalización de Dexia. Quiere buscar depósitos y enfocarse en el negocio base de financiación del gobierno municipal y minorista.

Mariani puede tener que actuar más rápido de lo que cree si quiere abandonar el valle de lágrimas. Los Gobiernos que compraron en Dexia a 9,9 euros por acción hace menos de dos meses están ya contemplando una pérdida que suma más de la mitad de su inversión. Y parece que los mercados no se sacudirán pronto su escepticismo por el modelo Dexia. Por Pierre Briançon

Negras navidades

Los tristes resultados de Best Buy -la principal cadena de electrodomésticos de EE UU- y las estadísticas de ventas comerciales a septiembre muestran que los consumidores están en pleno retraimiento. Este diciembre se podría producir la primera caída en ventas de las vacaciones navideñas desde que empezaron las estadísticas. Los comerciantes están asustados porque puede descompensar sus resultados anuales y golpear la confianza de los inversores.Las estadísticas comerciales se expresan en términos nominales, así con inflación alta, las ventas pueden incrementarse aunque bajen en términos desestacionalizados. Desde que la Oficina Estadística empezase a registrar estos datos en 1953, nunca ha habido un diciembre con una caída de las ventas nominales en términos anules. Esto se explica porque los periodos de profunda recesión se han combinado con periodos de alta inflación. En 1979-1981, por ejemplo, las ventas comerciales aumentaron en los tres años en términos nominales, aunque descontada la inflación cayeron cada año.Este ejercicio, sin embargo, las ventas nominales están cayendo lo suficiente como para que a finales de diciembre en términos anuales el crecimiento ronde cero, a pesar del aumento de los precios. En septiembre, las ventas nominales fueron un 1% menor a hace un año.La desaceleración de las ventas se acelera. Best Buy, cuyo competidor Circuit City solicitó bancarrota esta semana, publicó una caída nominal de las ventas del 7,6% en octubre, tras el 2,4% de septiembre. Incluso Wal-Mart anunció un incremento de las ventas de tan solo el 2,4% -descontando el efecto de nuevas aperturas-, lo que supone una caída del 2,5% en términos reales. Sólo el efecto del día de Acción de Gracias, que este año cae en diciembre y no en noviembre, puede aliviar las ventas de diciembre.Se puede argumentar que una caída de las ventas tiene el efecto deseable de mejorar los ratios de ahorro y reequilibrar la economía. Sin embargo, desde el punto de vista de los comerciantes, cuya rentabilidad anual depende de las ventas de fin de año, unas navidades con la primera caída en términos nominales en al menos 35 años supone un duro golpe. Por Martin Hutchinson

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