El G20 reformará el Banco Mundial y el FMI ante una crisis que será larga
Los países han acordado que desde principios de esta década la apreciación de los riesgos no ha sido adecuada y no se ha "ha actuado con debida diligencia" en un momento en el que los estandares de trabajo se han relajado.
Los países han acordado una extensa respuesta política a la crisis económica y se enfatiza la necesidad de cooperar en este punto y ayudar a los países emergentes falicitando un acceso a la financiación que pueda proporcionar el FMI y otros organismos internacionales que necesitan ser reforzados.
Pese a la diferencia de posiciones antes de la reunión, el G20 se ha comprometido en alguno de los puntos más contenciosos con el objetivo de arreglar el marco regulatorio global y se establecen distintos niveles de supervision de productos y mercados además de plantear medidas para aumentar la transparencia y responsabilidad.
El comunicado da la luz verde a la creación de un "colegio de supervisores" que vigilará a las mayores instituciones financieras y de hecho se espera que antes de finales de marzo se haga la lista de las entidades que estarán bajo el manto de este nuevo órgano.
La próxima cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del G20 debe celebrarse antes del 30 de abril, aunque no se especifica el lugar. En referencia al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial, los mandatarios propusieron su reforma para adaptarlos a los desafíos de los tiempos actuales.
Los jefes de Estado y de Gobierno prometieron dar un mayor peso en estos organismos a las naciones en desarrollo, incluidas las más pobres. La declaración final reconoce los "serios desafíos" a los que se enfrentan la economía mundial y los mercados financieros, y destaca la decisión de los líderes de "trabajar juntos" para restaurar el crecimiento económico.
El único camino para ello, indican, es la reforma de los sistemas financieros, aspecto en el que existen discrepancias a un lado y otro del Atlántico, aunque el comunicado refleja sólo los puntos de consenso sobre los que debe descansar la reforma.
La declaración final indica que es muy necesario fortalecer la regulación, pero aclara que esto "debe ser la responsabilidad última" de cada país, pues constituyen "la primera línea de defensa contra la inestabilidad de los mercados".
El G20 insta a "intensificar la cooperación internacional entre los reguladores y a fortalecer los estándares internacionales".
Toda reforma adoptada por un país debe descansar sobre cinco principios, entre ellos mejorar la transparencia de los mercados, especialmente en lo que se refiere a los productos financieros más sofisticados, según el documento.
Además, debe intensificarse la vigilancia, y destaca sobre todo a las agencias de calificación de riesgo, que fallaron en la última crisis.
Otro de los puntos acordados hoy es promover la integridad ética de los mercados financieros y proteger a los consumidores, evitando los conflictos de intereses y previniendo la manipulación ilegal, las actividades fraudulentas y los abusos. Cada país, según el acuerdo, deberá, además, poner su grano de arena para reforzar la cooperación internacional en materia de regulación y de vigilancia.
En la declaración final, los mandatarios alzan la voz en contra del proteccionismo comercial, e instan a una conclusión de la Ronda de Doha, de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Además, piden que no se levanten barreras comerciales en los próximos doce meses.