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La economía española cayó el 0,2% en el tercer trimestre, su primer retroceso en 15 años

La economía española registró en el tercer trimestre del año una caída del 0,2%, su primer retroceso en quince años, según confirmó hoy el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Gráfico de la evolución del PIB español
Gráfico de la evolución del PIB españolINE

El crecimiento interanual de la economía entre julio y septiembre fue de sólo el 0,9%, la mitad del registrado en el segundo trimestre. Según el INE este dato demuestra que la economía española sigue mostrando un "perfil desacelerado", que se prolonga por sexto trimestre consecutivo, debido a una menor contribución al crecimiento de la demanda interna -consumo e inversión- que se ha visto compensada en parte por la aportación positiva del sector exterior. En términos intertrimestrales, el PIB contrae su nivel un 0,2%. Este resultado es tres décimas inferior al registrado en el trimestre anterior.

El dato publicado hoy coincide con las estimaciones hechas en su último boletín económico por el Banco de España, que señala que esta caída no sólo se ha debido a la fuerte moderación de la demanda interna, sino que también ha sido clave la persistencia de la inestabilidad en los mercados financieros.

Así, el Banco de España señala que las implicaciones de la crisis financiera sobre las condiciones de financiación y sobre la confianza ha contribuido a "frenar el avance de la actividad" y los episodios "más agudos" de dicha crisis de las últimas semanas "podrían haber inhibido el crecimiento económico adicionalmente".

El INE no desglosará y analizará los componentes del PIB hasta próximo miércoles 19, pero en la nota de hoy avanza que el dato publicado demuestra que la economía española sigue mostrando un "perfil desacelerado", que se prolonga por sexto trimestre consecutivo, debido a una menor contribución al crecimiento de la demanda interna -consumo e inversión- que se ha visto compensada en parte por la aportación positiva del sector exterior.

El Gobierno ya había dado por hecha esta cifra cuando la estimó el Banco de España, y el secretario de Estado de Economía reconoció el miércoles que el deterioro de la actividad obligará al Ejecutivo a revisar sus previsiones macroeconómicas en diciembre.

El decrecimiento registrado entre julio y septiembre supone el primer registro intertrimestral negativo de la economía española desde el segundo trimestre de 1993, en el que el PIB cayó el 0,3%. También hay que remontarse a 1993 para encontrar el primer decrecimiento interanual de la economía, que fue en el cuarto trimestre y de tres décimas. Además, desde ese año no se ha registrado un avance interanual tan bajo como el de el tercer trimestre.

En su boletín, el Banco de España explicaba que el debilitamiento de la demanda interna, que sólo creció tres décimas, contrasta con la mejora del sector exterior en el tercer trimestre, que con una aportación de seis décimas al crecimiento supone el único buen dato de este análisis.

La mejora del sector exterior se ha debido, según el organismo regulador al debilitamiento de las importaciones y a que las exportaciones han seguido manteniendo un "cierto dinamismo". El organismo advierte de que tanto el consumo privado como la inversión han caído en el tercer trimestre, aunque no especifica cuánto.

Detrás del debilitamiento del consumo de las familias, dice, está no sólo la pérdida de confianza por la "delicada" situación financiera o por el empeoramiento de las perspectivas económicas, sino la evolución "más desfavorable" de los factores que determinan directamente ese consumo, como la destrucción de empleo y la menor renta disponible ante la elevada inflación.

La inversión en España sigue cayendo según el Banco de España, que en el caso de la destinada a los bienes de equipo advierte de una contracción por la caída de la confianza industrial y el empeoramiento de la cartera de pedidos, en consonancia con el debilitamiento de la demanda interna y del comercio mundial.

También se agudizó la caída de la inversión en construcción, sobre todo la residencial, que ha bajado a ritmos superiores que en el segundo trimestre debido a que la incertidumbre económica ha provocado una menor demanda de viviendas y ha hecho que los constructores no se animen a iniciar nuevas obras. El organismo advierte por otra parte de que la destrucción de empleo "se intensificará" en los próximos meses.

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