La mano invisible era la mano negra

Los empeñados en jibarizar el Estado, los adamsmithistas amantes del libre mercado a tumba abierta, los neoliberales sin condiciones, los neoconservadores en general tienen un problema: los hechos les han quitado gran parte de la razón. Sobre todo, como siempre, a los más extremistas.

La mano invisible, ese orden económico natural que tutela el mercado y, según Adam Smith, funciona mejor cuanto menos Estado exista, está temblando. Ese laissez faire, laissez passer, popularizado por Smith en el XVIII y tan amorosamente acogido y extendido el pasado siglo por Milton Friedman y su Escuela de Economía de Chicago, se olvidó de algo que saben hasta los niños: existen los malos. Y eso hizo que demasiadas veces la mano invisible se transformase en la mano negra.

No hay que engañarse; tan ingenuo como pensar que todo se ajusta por sí solo es pensar que el padre Estado es la solución de todo. Pero hay unos cuantos ultraliberales que tras esta crisis, y si son honestos, van a dormir menos tranquilos en busca de una solución a su sudoku mental.

La no injerencia de los Estados en asuntos económicos es, en general, una buena idea. Pero más discutible es que los egoísmos puedan ser tan responsables como para repercutir en beneficio de la sociedad e impulsar el desarrollo de la economía. Eso no hace buenas a las regulaciones, salvo que éstas sean buenas de por sí. Pero en este siglo XXI de la comunicación y los movimientos vertiginosos de información y capitales, todo indica que son tan necesarias como las señales de tráfico.

Como máximo exponente de la Escuela de Chicago, el Nobel Friedman acogió bajo sus alas a los chicago boys, las dos docenas de jóvenes economistas chilenos que, con el liberalismo por bandera, dieron lugar al llamado Milagro (económico) de Chile en plena dictadura pinochetista. Paradojas de la vida. Otro chico de Chicago tendrá a partir del 20 de enero el timón de la economía más poderosa del mundo. Es también de Chicago, pero no precisamente de la escuela neoliberal. Preparémonos para ver cambios...