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EE UU

Obama urge a aprobar un nuevo plan de estímulo económico

'Los americanos necesitan ayuda', asegura Barack Obama. El presidente electo se reunió el viernes con su equipo económico de transición y dijo que si en lo que queda de legislatura no se aprueba un estímulo económico, 'será lo primero que haga cuando tome posesión'.

El ex presidente de la Reserva Federal Paul Volcker, el inversor Warren Buffett, los secretarios del Tesoro de Bill Clinton, Larry Summers y Robert Rubin, son algunos de los consejeros de los que se rodeó el viernes el presidente electo para analizar la situación económica de EE UU. Es la primera vez que una reunión de este tipo se celebra con tanta celeridad en un periodo de transición. Tras el encuentro, Obama dijo en que su prioridad es 'el crecimiento de la economía y crear empleo'.

El presidente electo comentó que hace tiempo que viene siendo necesario un segundo estímulo económico y que si no se consigue aprobar uno antes de que él tome posesión, el 20 de enero, será lo primero que haga al llegar a la Casa Blanca. Sus objetivos pasan por ayudar a la clase media y a los parados, estimular la creación de empleo, dar una respuesta a empresas y municipios afectados por la crisis financiera y reactivar el sector automovilístico, 'la espina dorsal de nuestra industria'. Además, señaló que seguirá de cerca el plan de estabilización financiero.

Obama hereda de George Bush una economía a las puertas de una recesión y la peor situación laboral en los últimos 14 años, según los datos publicados el viernes por el Departamento de Trabajo.

Si Obama tomara posesión este mes, se haría con las riendas de un país con más de 10,1 millones de parados, la mayor cifra en 25 años. En los últimos 12 meses se han sumado a las filas del desempleo 2,8 millones de trabajadores, en parte porque en lo que va de 2008 se han perdido 1,2 millones de empleos (la mitad de ellos en el último trimestre).

Sólo en octubre se destruyeron 240.000 puestos de trabajo, 40.000 más de lo que habían estimado los analistas. Además, la revisión de los dos meses anteriores añadieron otros 25.000 desempleados más no contabilizados en las primeras estimaciones. Septiembre se presenta ahora como el peor mes de todo el año pues se perdieron 284.000 puestos de trabajo.

Todo ello ha disparado la tasa de paro que pasa del 6,1% al 6,5%, la más elevada desde marzo de 1994. Los analistas esperaban que subiera hasta el 6,3%.

Las rebajas de nóminas el mes pasado fueron generalizadas y sólo los gobiernos crearon empleo. Los economistas consideran que la situación empeorará y que el paro podrá llegar al 8%.

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