Lo que debe saber un expatriado... y su familia
Conocer las peculiaridades del destino es la clave del éxito del traslado.
Ahora que el paro vuelve a convertirse en un problema acuciante en España, y que las previsiones auguran un 2009 complicado, aprovechar las oportunidades laborales que surjan en el extranjero puede ser una buena idea. Un expatriado de una multinacional española suele ganar al menos un 25% más, y cuenta con tipos impositivos especiales. Sin embargo, muchos profesionales, sobre todo si tienen familia, son reticentes a marcharse. Para ayudarlos, Michael Page ha elaborado una Guía para trabajar en el extranjero, con las claves para desenvolverse en los principales países de destino.
Según comenta Ricardo Corominas, director ejecutivo de esta consultora, sólo el 30% de los expatriados que encuentran trabajo a través de la firma viajan con sus familias. 'La principal dificultad con la que se encuentra la mayoría es la soledad, porque básicamente lo único que hacen es trabajar', señala. Los que acuden con su esposa, marido o hijos tienen este problema resuelto, pero se topan con obstáculos que a menudo no resuelve su contrato: ¿Cómo y dónde encontrar piso? ¿Qué hacer si alguien enferma?
Asia se revela como un buen destino, aunque lleno de contrastes. China, donde cada vez viven más españoles, cuenta con unas instalaciones sanitarias disponibles gratuitamente o a muy bajo coste, aunque su calidad es muy desigual según se trate de capitales o de ciudades provinciales. Japón, sin embargo, posee el décimo mejor sistema sanitario del mundo, según la OMS. La tarjeta sanitaria, que al expatriado le proporciona la empresa, cubre el 30% de los gastos. En ambos lugares, lo mejor para encontrar casa es utilizar una agencia inmobiliaria.
En Europa los trámites son muy sencillos, y en la mayoría de los países la sanidad es gratuita si se posee la tarjeta sanitaria europea, incluso en lugares más alejados como Suecia o Polonia. Moscú, una de las ciudades con mayor número de expatriados -y con numerosos servicios para ellos, como escuelas internacionales- es, sin embargo, un destino más problemático para vivir. Las instalaciones médicas son deficientes, por lo que muchos profesionales extranjeros prefieren volar a Helsinki para ser atendidos por un especialista. Además, según diversos estudios, es la ciudad más cara del mundo.
Donde no hay dificultades para llegar a fin de mes es en Turquía. Allí, el expatriado puede incluso comprarse un terreno en el que edificar la casa de sus sueños, si no quiere vivir en un piso alquilado. En cualquier caso, se recomienda evitar alojarse cerca de una mezquita, pues los rezos diarios se difunden por los altavoces a un volumen bastante elevado.
En el norte de África, Marruecos, Egipto y Túnez no plantean muchas dificultades a la hora de instalarse. En el Cairo, muchos expatriados se alojan en el distrito internacional, Maadi, donde encontrarán todo lo que necesitan, incluyendo las escuelas para sus hijos. Otro destino muy en boga es Emiratos Árabes Unidos, principalmente Dubai, pese a que sus precios han aumentado mucho y hoy son equiparables a los de casi todas las ciudades europeas. Eso sí, al español -amante del vermut y la cerveza- puede molestarle un detalle: no hay alcohol, excepto en los bares de los hoteles destinados a occidentales.
Pese al desarrollo de los países emergentes, los países preferidos por los españoles siguen siendo los latinoamericanos, sobre todo México y Argentina. Y es que allí está resuelto de antemano uno de los principales obstáculos para la vida diaria de una familia extranjera: el idioma.
Los españoles son reacios a marcharse
El perfil del expatriado suele ser el de un hombre de entre 30 o 40 años, con titulación superior y un puesto laboral de mando intermedio. El tiempo de permanencia habitual en el destino es de tres a cinco años.Según un estudio de Cátenon Worldwide Executive Search, sólo el 17% de los españoles estaría dispuesto a vivir en el extranjero durante un periodo de tiempo de más de tres años si encuentra un trabajo adecuado. Y este porcentaje sólo se muestra dispuesto a marcharse si la remuneración es un 50% superior a la actual.Un análisis de Ernst & Young realizado este año señala que los destinos preferidos por los españoles son Holanda, Italia, Francia y Alemania. En todos ellos, el expatriado cuenta con beneficios fiscales.El principal problema para la mayoría de los expatriados es que opinan que no tienen el puesto de trabajo asegurado a su regreso, según comenta Ricardo Corominas. No obstante, la mayoría de las empresas se comprometen a proporcionarles un puesto similar cuando vuelvan a España.