Los responsables de GM, Chrysler y Ford buscan ayuda en Washington
Figueruelas prorroga el convenio de Opel.
Los presidentes de GM, Ford y Chrysler, se reunieron ayer con la líder de los demócratas en el Congreso, Nancy Pelosi, para hablar de la necesidad de que el Estado les conceda ayudas directas. A la reunión también acudió el presidente del sindicato de la automoción (UAW), Ronald Getterlfinger.
La situación de las automovilísticas es crítica y se cuenta con que la nueva Administración conceda ayudas bien a través de un segundo estímulo fiscal que los demócratas quieren aprobar antes de fines de este mes o con un paquete específico. Entre los empresarios hay un cierto optimismo porque el presidente electo, Barack Obama, dijo durante la campaña que habría ayudas.
Se espera que GM anuncie hoy unos resultados con abultadas pérdidas, que su cash flow está descendiendo deprisa y que congela algunos proyectos de futuro. El mes pasado sus ventas cayeron a la mitad.
GM, que ha estado planeando una fusión con Chrysler, dice que no la puede llevar a cabo sin la ayuda del Estado. De momento, las automovilísticas cuentan con unos préstamos estatales de 25.000 millones para adaptar su producción a coches más eficientes en consumo.
Figueruelas
Por otro lado, el comité de empresa de la planta de General Motors en Figueruelas (Zaragoza) acordó ayer con la dirección la prórroga del actual convenio. Esta medida permite , de momento, aliviar las tensiones en la factoría, que inició el pasado lunes la aplicación de un expediente de regulación de empleo (ERE), que afectará a 600 trabajadores. La empresa, que accedió parcialmente a introducir el sistema rotatorio solicitado por los representantes laborales, ha designado a los primeros 400 operarios, mientras el resto será concretado tras consultar al comité. La prórroga del convenio incluye un anexo referido al Meriva, que se ha convertido en una cuestión fundamental para la situación en Figueruelas. Ayer se daba prácticamente por seguro que la fabricación del nuevo modelo sufría un retraso de, al menos, ocho meses, hasta septiembre de 2010, debido a la progresiva caída de las ventas en Europa. Sin embargo, la empresa subrayó que, de momento, el calendario de producción se mantiene.