El primer ministro chino asegura que este año también será de los peores para China
El primer ministro chino, Wen Jiabao, ha advertido de que es imposible que el país no se vea afectado por la actual crisis, que provocará que la economía china pase por uno de los peores momentos de su historia más reciente.
"Debemos ser conscientes de que este año será el peor de los últimos tiempos para el desarrollo de nuestra economía", ha declarado Wen en un artículo en la revista Qiushi, una de las publicaciones oficiales del Partido Comunista Chino (PCCh).
La situación mundial "está empeorando" y "es muy difícil mantener un crecimiento alto y un nivel de inflación bajo a largo plazo", indica el primer ministro, que señala que, pese a todo, el principal objetivo del Gobierno será un equilibrio entre "un crecimiento estable y relativamente rápido y la caída de la inflación".
Por ello no son previsibles grandes cambios en la política monetaria. "Debemos entender los graves daños que la inflación puede causar al crecimiento económico, la calidad de vida de la gente y la estabilidad social", señala Wen.
Mientras que la economía china creció en 2007 un 11,9%, los datos de los tres primeros trimestres muestran una ralentización del crecimiento del PIB, que aumentó un 9,9%. El Banco Asiático de desarrollo calculó en septiembre que el gigante asiático terminará creciendo este año un 10%, y en 2009 un 9,5%, si bien un informe chino hecho público hoy cifra el crecimiento del PIB para este año en el 9,4%.
Se reduce la inflación
La inflación, mientras tanto, se situó en septiembre en el 4,6%, bastante alejada ya del 8,7% registrado en febrero (el peor dato en 12 años). El país está intentando apostar por una transformación del modelo de desarrollo de la economía nacional, basado en exceso en las exportaciones en lugar de en el consumo interno.
La adaptación de muchas industrias, sin embargo, no es fácil, y cada día aparecen noticias de fábricas en quiebra, empleados que se quedan en la calle o de cómo las ventas se encuentran tan paralizadas en provincias como Cantón (la gran fábrica del mundo, como se la ha llamado por la enorme concentración industrial en la zona) que algunas tiendas están haciendo promociones de "una prenda, un yuan" (unos 11 céntimos de euro) para atraer a los clientes.
Desde el Departamento Nacional de Estadísticas se ha lanzado un mensaje de calma. Ayer, su director, Ma Jiantang, señalaba en declaraciones a la televisión pública que el país sigue contando con armas suficientes para estimular la inversión y demanda doméstica, y que, por tanto, seguirá creciendo. Las bases de la economía china son sólidas, sostiene Ma, y por tanto el país seguirá creciendo frente al pinchazo económico generalizado.
La crisis, no obstante, no se está limitando a Cantón y la industria. El alcalde de Shanghai, Han Zheng, ya ha reconocido que en la ciudad "estamos sintiendo profundamente el impacto" de la cambiante situación mundial.
Hoy, el diario Ta Kung Pao incluye una encuesta realizada en la ciudad que muestra que el 60% de los shanghaineses confiesa que va a adoptar medidas para gastar menos. El 81% con dinero invertido afirma estar perdiendo dinero, y el 49% afirman estar asustados ante el "tsunami" financiero.