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Cumbre europea

Los líderes europeos, decididos a limitar las indemnizaciones de los ejecutivos de banca

Los líderes de la UE están decididos a garantizar que los sueldos de los directivos de las entidades financieras -incluidas las indemnizaciones por despido- reflejan adecuadamente su contribución a la evolución de la empresa. Por otra parte, se espera durante la cumbre en Bruselas, que finaliza hoy, reconocerán que sus economías atraviesan una fase de "ralentización" y "contracción" y se omprometerán a tomar medidas para hacerles frente.

Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete, reunidos ayer y hoy en Bruselas para analizar la crisis financiera y consensuar una respuesta conjunta a la misma, se han comprometido a tomar medidas para hacer realidad esa premisa antes de fin de año. Los mandatarios comunitarios tratan de enviar así un mensaje de calma a la opinión pública, conscientes de la irritación que generan las compensaciones millonarias que se embolsan los altos ejecutivos incluso al dejar las compañías sumidas en problemas.

Las remuneraciones de los directivos en el sector financiero han experimentado en los últimos años un espectacular incremento y los blindajes que éstos pactan en sus contratos ante eventuales despidos han vuelto a causar polémica en las últimas semanas, al verse obligados varios gobiernos de la UE a acudir en rescate de entidades al borde de la quiebra.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha criticado con dureza esta política de remuneración, igual que la canciller alemana, Angela Merkel, y los líderes de otros países como Bélgica y Reino Unido, y en algunos casos han forzado a los ejecutivos salientes de los bancos hundidos a renunciar a sus indemnizaciones.

En ese contexto y con el objetivo de restaurar la confianza pública, el Consejo Europeo que hoy termina en Bruselas apela "a la responsabilidad de todos los actores del sistema financiero, especialmente del sector bancario", según el borrador de conclusiones del encuentro, en el que se subraya que los sueldos de los directivos, incluidos los llamados "paracaídas dorados" que perciben al dejar la entidad, deben vincularse a su contribución efectiva a los resultados.

Además, señalan que conviene "vigilar", recalcan, el sistema de compensación mediante opciones sobre acciones, para evitar que se incentive una toma de riesgos excesiva o la concentración en los objetivos de corto plazo.

Medidas para la economía real

Más allá de la crisis financiera y el socorro prometido a la banca, los Veintisiete reafirmarán hoy su apoyo "a la industria europea", que empieza a sufrir ya las consecuencias de la brusca desaceleración o recesión en algunos casos.

La canciller alemana, Angela Merkel, lo dejó claro en su intervención a puerta cerrada ante sus socios: "la economía real se dirige al estancamiento, así que hace falta tomar medidas", según indicaron fuentes comunitarias. También el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, se mostró preocupado por el efecto de la crisis financiera en la economía y pidió que la Comisión Europea asuma un papel de liderazgo a la hora de proponer medidas para mitigarlo.

En línea con esa preocupación, la presidencia de turno francesa de la UE ha propuesto a los socios europeos un añadido a las conclusiones de la cumbre en el que los gobernantes se declaran "determinados a tomar las medidas necesarias para reaccionar a la ralentización de la demanda y a la contracción de la inversión, y en particular para apoyar a la industria europea".

Los líderes encargarán a la Comisión Europea que prepare propuestas específicas de aquí a finales de año. Los Veintisiete resaltan asimismo que el apoyo a la actividad económica "pasa por un nivel de financiación suficiente" y, a este respecto, saludan la decisión del Banco Europeo de Inversiones (BEI) de movilizar 30.000 millones de euros para las pequeñas y medianas empresas.

El comunicado final de la cumbre de Bruselas también reiterará el compromiso de respetar en estos tiempos de crisis la disciplina presupuestaria. Las políticas nacionales "deben continuar inscribiéndose en el marco del Pacto de estabilidad y crecimiento revisado", que obliga a mantener los presupuestos en equilibrio o con ligeros déficit, no superiores en ningún caso al 3% del PIB.

La propuesta de la presidencia añade, no obstante, que la aplicación del Pacto "deberá reflejar igualmente las circunstancias excepcionales que atravesamos, como lo prevén sus reglas".

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