Argentina y Marsans aplazan la negociación para la venta de Aerolíneas y Austral
Argentina y el grupo español Marsans se han dado un mes más de tiempo para acordar el valor de Aerolíneas Argentinas y Austral -que el Gobierno quiere estatalizar-, tras dos meses en los que no lograron pactar un precio para las dos compañías.
Marsans firmó en julio un acta con el Gobierno argentino para venderle Aerolíneas Argentinas y Austral, que poseen en conjunto unos 9.000 empleados, una deuda de unos 890 millones de dólares (unos 651 millones de euros) y controlan el 80% del mercado doméstico.
Ese acuerdo, que puso en la gerencia general de la firma a un hombre designado por el Gobierno argentino, estableció que ambas partes intentarían fijar un valor a pagar por Argentina, y que de no lograrse se citaría a un tercer auditor.
El plazo concluyó este martes, pero ante la falta de acuerdo sobre el valor de las compañías, se pactó un aplazamiento de las negociaciones hasta el 12 de noviembre, dijo la agencia estatal de noticias Telam.
Según medios de prensa, Marsans valoró las empresas en entre 250 y 450 millones de dólares (183 y 329 millones de euros), mientras que el Gobierno argentino cree que no debería pagar ni un dólar por las firmas.
Una fuente del Gobierno argentino dijo que el estudio que realizó el Tribunal de Tasaciones de la Nación arrojó que el valor de las dos empresas es negativo en 600 millones de dólares.
Diferencia de opiniones
La gran diferencia entre ambas valoraciones hace que "sea muy difícil poner un precio común", dijo el diputado nacional Ariel Basteiro, que participa activamente en el proceso para estatalizar las aerolíneas.
"El problema es que Marsans quiere fijar el precio a partir de la potencialidad del negocio, de lo que la empresa pueda facturar en 2010, 2011, 2020. Hace una cuenta que nadie en sus cabales puede hacer", agregó Basteiro.
El Gobierno ha aportado millones de dólares en las últimas semanas para que las empresas puedan operar.
Marsans, que compró las dos aerolíneas en 2001 al borde de la quiebra, acusa desde hace meses a los sindicatos de dificultar la operación de las empresas y asegura que los líderes de algunos gremios tenían un plan para forzar al grupo a retirarse.