El nuevo Fortis se desploma en Bolsa tras seis días sin cotizar
Los inversores dejaron ayer muy clara su opinión sobre la reestructuración de Fortis, que volvió a cotizar en las Bolsas de Ámsterdam y Bruselas tras seis días suspendido. Sus acciones se desplomaron un 77%. Los títulos cerraron en 1,21 euros, muy lejos de los más de 18 euros que valían a principios de año y a años luz del máximo de 34 euros alcanzado en abril de 2007.
El grupo bancario y de seguros, un gigante con presencia en más de cincuenta países y con especial peso en las economías del Benelux, ha caído víctima de la crisis financiera y va a acabar repartido entre Bélgica, Holanda y Luxemburgo, y el banco francés BNP Paribas.
Una vez completada la venta de las actividades de banca y la mayor parte de los seguros, bajo control del grupo Fortis sólo quedará la división internacional de seguros y parte de una entidad en la que se agrupará la cartera de productos estructurados -como derivados hipotecarios-.
Los problemas de Fortis comenzaron un año, con el estallido de la crisis de las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos, por su exposición indirecta a ese mercado. Pero fue la decisión de su cúpula directiva de embarcarse en la compra de ABN Amro -junto a Santander y Royal Bank of Scotland-, la que complicó su situación, por sus dificultades para encontrar financiación.
Los nuevos administradores del grupo tratan ahora de aclarar la situación financiera de la entidad tras la reestructuración y anticiparon que están revisando su modelo de gobierno corporativo, su estrategia y su política de dividendo.
Una firma en metamorfosis
El consejero delegado de Fortis, Filip Dierckx, explicó ayer que el banco se encuentra en plena 'metamorfosis' y que aún no se ha decidido la estructura final que adoptará. 'Todas las opciones están abiertas'. La entidad aún debe decidir si seguirá cotizando tanto en Bruselas como en Ámsterdam. A comienzos de septiembre, el gobierno Holandés compró las operaciones en el país de Fortis y de ABN Amro; mientras que BNP Paribas y los gobiernos de Bélgica y Luxemburgo se quedaban con el resto.