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Hacia un nuevo orden financiero

Bruselas revisará cada seis meses los planes nacionales de apoyo al sector financiero

La Comisión Europea anunció ayer que exigirá una revisión semestral de los planes nacionales de garantías y recapitalización del sector financiero para comprobar que no distorsionan la competencia.

Las directrices sobre ayuda de estado al sector financiero aprobadas ayer por la Comisión Europea establecen las condiciones que deberán cumplir los Estados para recibir el visto bueno comunitario a sus medidas de apoyo.

Bruselas fija, entre otros requisitos, que los mecanismos de ayuda sean temporales; abiertos a todas las entidades, con independencia de su nacionalidad; y condicionadas a que el banco no aproveche la ayuda para expandir su actividad comercial. El documento prevé la prolongación de esos planes de rescate hasta que la crisis amaine. Pero supedita su autorización a una detallada verificación cada seis meses.

La dirección general de Competencia, que dirige la comisaria europea Neelie Kroes, quiere garantizar así que la ayuda excepcional a las entidades bancarias cesa tan pronto como sea innecesaria.

Las directrices fijan también las condiciones que deberán cumplir los planes nacionales de apoyo al sector financiero para superar rápidamente el examen de Competencia. Kroes se compromete a dar la luz verde, incluso en menos de 24 horas cuando sea posible, a los Gobiernos que sigan a rajatabla sus orientaciones.

La CE reconoce que la envergadura de la crisis es de tal magnitud que permite invocar el artículo del Tratado de la UE (87.3.b) que autoriza ayudas de estado 'para poner remedio a una gran perturbación en la economía de un Estado miembro'.

El departamento de Kroes también acepta que, para estabilizar los sistemas financieros, las autoridades nacionales no sólo tendrán que apoyar a entidades concretas sino adoptar también mecanismos de apoyo general para todo el sector. Pero la CE pone ciertos límites a esa intervención pública.

Bruselas pide, en primer lugar, que se distinga claramente entre el apoyo a entidades saneadas y el que reciban aquellas que han gestionado mal sus activos o han acometido estrategias demasiado arriesgadas.

Kroes también que la ayuda se limite al mínimo posible. Y en ese sentido reclama que el Estado cobre a las entidades por el mecanismo de garantía de sus depósitos o de su deuda.

Las autoridades nacionales, según la CE, también deberán imponer ciertas normas de conducta a los bancos que reciban las ayudas, como la prohibición de invocar el aval público en sus campañas de publicidad o la limitación de sus posibilidades de crecimiento.

La CE también señala que, en el caso de que se llegue a la liquidación de una entidad, los accionistas deberán quedar excluidos de cualquier ayuda pública.

Irlanda y Dinamarca ya han superado el examen

Irlanda logró ayer el visto bueno de la dirección general de Competencia de la CE a su sistema de garantía de depósitos bancarios. Dublín fue la primera capital que apostó por esa opción para tranquilizar a los ahorradores, pero su mecanismo chocó con las objeciones de Bruselas. Ayer, después de varias negociaciones, Irlanda superó el examen con un plan que no discrimina a ningún banco y que cobra a las entidades por la garantía.Dinamarca también superó la prueba el pasado viernes, con un plan de apoyo para los bancos con problemas temporales de liquidez y de garantía de los ahorros de los depositantes. El plan se financia en gran parte con capital privado.

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