La CMT deja a Telefónica libertad total en sus nuevas redes de ADSL
Telefónica ya tiene en sus manos la propuesta de la CMT para regular las nuevas redes que llevarán velocidades ultrarrápidas a internet. Y son buenas noticias para ella. Cualquier oferta superior a 30 megas queda liberada de regulación, lo que en la práctica deja la red de fibra óptica de Telefónica fuera del alcance de sus rivales.
La Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) ha logrado salvar una semana negra para Telefónica. La operadora se ha dejado un 20,52% en el parqué en cinco sesiones y cotiza a sus mínimos de dos años arrastrada por la crisis financiera mundial, pero en el plano operativo ha obtenido una victoria clave para sus ingresos futuros. Sus redes superrápidas de internet, incluso si no son enteramente de fibra óptica, quedan libres de regulación en la nueva era tecnológica que se abre a partir de ahora, según la propuesta que ha aprobado el regulador.
La operadora, sin embargo, todavía cruza los dedos. La regulación no será definitiva hasta que concluya el periodo de alegaciones por parte de las compañías afectadas, de organismos españoles como el Gobierno o la Comisión Nacional de Competencia, y de la Comisión Europea. La CMT asegura que su propuesta se ajusta a las recomendaciones comunitarias, pero la comisaria del ramo, Viviane Reding, tiene la última palabra y sus declaraciones hasta la fecha sobre las intenciones del regulador español no han sido halagüeñas.
El plazo de alegaciones es de un mes, con un compromiso de la CMT de tener la normativa final en diciembre. Por ahora, su propuesta es dividir el mercado no por tipos de redes, sino por la velocidad de las ofertas. La comisión considera que cualquier proposición que se haga a los clientes con una velocidad superior a 30 megas supone un servicio innovador, distinto a los que hay hasta ahora y que no los sustituye, sino que los cambia totalmente. Por todo ello, se trata de un nuevo mercado que no tiene por qué arrastrar las obligaciones del anterior, así que la CMT lo ha libertado de regulación: Telefónica no tendrá que dar acceso a su red a los rivales para que puedan replicar estas ofertas.
La comisión divide España en zonas competitivas, con menos control, y no competitivas
Para las propuestas de 30 megas o menos, la situación es distinta. Este mercado sigue siendo el de banda ancha tradicional, así que mantiene los requisitos establecidos hasta ahora, aunque con algunos retoques.
El más importante es el que divide el territorio nacional en zonas competitivas y zonas no competitivas. Las primeras son aquellas donde hay tres operadoras además de Telefónica dando servicio de banda ancha, siempre que la cuota del ex monopolio sea inferior al 50% o un operador de cable tenga una cobertura igual o superior al 60%. Según los cálculos de la CMT, estas variables se dan en el 37% de los accesos de banda ancha en España y para ellos Telefónica verá reducidas sus obligaciones. El ex monopolio deberá poner a disposición de sus rivales una oferta de acceso mayorista, pero no será necesario que esté orientado a costes, sino que basta con que sean 'precios razonables'.
En el resto del territorio nacional -las zonas no competitivas- Telefónica deberá seguir dando a sus rivales acceso con precios orientados a costes.
Ganadores y perdedores de la propuesta
La propuesta de la CMT ocupa 169 páginas y los implicados disponen de un mes para presentar sus alegaciones, así que ninguno tiene prisa por dar su veredicto. Pero en un primer vistazo ya se han definido dos grupos: los que están satisfechos y los que consideran que la regulación es muy negativa para el sector.En el primer grupo está Telefónica, que declinó hacer comentarios hasta que sus expertos analicen con cuidado la normativa. Sin embargo, fuentes conocedoras de la situación aseguran que la operadora está muy satisfecha con la propuesta, aunque hubiera preferido que la segmentación geográfica fuera más nítida, no tener que abrir sus canalizaciones o que se le hubieran impuesto más obligaciones a Ono. En cambio, cree que es positivo que la CMT vaya a obligar a cualquier operador, no sólo a ella, a compartir las redes de nueva generación tendidas en el interior de los edificios. Es decir, el primer operador que llegue será el dueño de esta red, pero tendrá que dar acceso al resto para que el cliente sea libre de elegir.En el bando contrario están el resto de los operadores alternativos. Fuentes de este grupo aseguran que la regulación va en contra del consumidor y de las compañías que han estado invirtiendo hasta ahora.Los rivales de Telefónica critican la libertad que tendrá la operadora en sus nuevas ofertas, pero sobre todo ponen el acento en la división del país en zonas competitivas y no competitivas. A su juicio, esta decisión no mejorará los lugares con menos ofertas, pero hará que la capacidad de elección de los clientes se reduzca en las zonas competitivas. En ellas, Telefónica podrá fijar nuevos precios de acceso mayorista, que serán más caros e impedirán competir a las telecos que lo hacían hasta ahora, con lo que se creará un duopolio del ex monopolio y Ono.
Acceso a las canalizaciones y un mínimo de cinco años para las centrales antiguas
Tal y como estaba previsto, la CMT obliga a Telefónica a poner las canalizaciones a disposición de sus rivales. El regulador considera que la infraestructura civil por la que discurren sus redes -futuras y pasadas- se hizo en tiempos en que la operadora era pública, por lo que tiene que abrirlas para que el resto pueda desplegar su fibra a través de ellas.Otro punto de fricción que aborda la propuesta de la CMT es qué pasará con la red actual. Los rivales de Telefónica han invertido dinero y desplegado red para llegar a las centrales de la operadora, que con la red de fibra no serán necesarias para el ex monopolio, que tiene intención de cerrarlas. El regulador se lo permite, pero en un plazo mínimo de cinco años, que calcula suficiente para que los rivales recuperen su inversión.