Recetas del consumidor para hacer frente a la crisis
La crisis económica arrecia y el patrón de consumo de los españoles empieza a adaptarse a las nuevas circunstancias. Con precios más altos y un mayor riesgo de perder el empleo, el encargado de la cesta de la compra adquiere hoy menos productos, busca las promociones e incluso cambia de establecimiento en busca de ofertas.
Un estudio presentado ayer por la consultora de mercados Nielsen recoge que la economía aparece como la principal preocupación para el 52% de los españoles y un 77% afirma que 'no es el momento adecuado para comprar cosas'. En consecuencia, las familias adoptan patrones de gasto 'más racionales' y buscan el ahorro, llegando a eliminar gastos de peluquería, ropa o equipamiento del hogar. Los únicos pagos que eluden el ajuste son los destinados a la salud, los de luz o agua, los impuestos, los seguros y la hipoteca.
En estas condiciones, no es de extrañar el creciente auge de las marcas blancas: los productos de la propia cadena de distribución suponen ya el 33% de la cesta de la compra, cinco puntos más que hace sólo tres años. De hecho, en términos de volumen, las ventas de gran consumo sólo han avanzado un 1,5% en términos interanuales entre enero y agosto, el mínimo aumento desde 2001. Eso sí: el valor total de esas ventas creció un 6%, merced a un incremento de precios del 4,4%. Las subidas de los alimentos y el petróleo se han dejado sentir.
Una vez satisfechas las necesidades básicas, un 45% de los ciudadanos asegura que ahorra (un 5% más que en 2007), lo que demuestra la creciente preocupación por el futuro inmediato. Según Nielsen, la confianza del consumidor español ha caído 19 puntos en un año.
El estudio sostiene que los consumidores siguen yendo a comprar unas diez veces al mes, aunque adquieren menos productos en cada ocasión (12,2 frente a 12,5). El valor de la cesta ha aumentado ligeramente, de 17,7 euros a 18,8, en gran medida debido a la fuerte subida de los precios.
Poco dispuestos a pagar más por lo ecológico
Un estudio realizado a través de Internet por TNS entre 13.128 personas de 17 países revela que un 66% de los españoles estaría dispuesto a pagar más por productos que no dañen el medio ambiente. Esta cifra es superior a la media mundial, que se sitúa en el 59%, aunque entre diferentes países se observan grandes diferencias.Sin embargo, esta mayor disposición de los españoles a la hora de buscar productos ecológicos queda en entredicho al preguntar cuál sería la cantidad adicional que estarían dispuestos a pagar. Así, el 70% establece en un 5% el máximo adicional, mientras otro 24% podría aceptar una prima del 10% y sólo un 6% estaría dispuesto a aceptar una cifra mayor. Junto con Japón, España es el país en el que más ciudadanos limitan el aumento de precio a un 5%. En el conjunto de países analizados, un 52% de los ciudadanos estaría dispuesto a pagar un 5% adicional por productos sostenibles, un 33% estaría dispuesto a llegar a un 10% y hasta un 16% sería incluso capaz de pagar un 15% o más.La compra del automóvil es sobre la que más influye su impacto en el medio ambiente, con un 58%. El grado de exigencia de los españoles es más alto respecto al prójimo: un 76% declara que le molesta que otras personas conduzcan coches que produzcan altas emisiones de CO2. Tras el automóvil, los productos en los que la ecología tiene mayor influencia son los de salud y cuidado personal (48%) y alimentación (47%).Respecto a la tendencia de algunos distribuidores de priorizar en su lineal los productos con bajo impacto ecológico, el estudio recoge que el 71% de los españoles buscaría ese tipo de establecimiento y un 61% declara que estaría dispuesto a pagar más por los productos de esa tienda.