La CNE declara desierta la subasta de déficit de tarifa por la crisis financiera
La mesa de adjudicación de la tercera subasta del déficit 'ex ante', formada por representantes de la Dirección General del Tesoro, del Ministerio de Industria y de la Comisión Nacional de Energía (CNE) acordó hoy declarar desierta la subasta, por la que pretendía colocar hasta 3.825 millones de euros de deuda reconocida con carácter previo a las compañías eléctricas, ante la difícil coyuntura financiera actual y el proceso de oferta resultante, informó hoy la CNE.
Según el organismo regulador, en primer lugar, dada la aguda crisis que padecen los mercados financieros y la muy grave falta de confianza generalizada, se observa un "estrangulamiento de la liquidez" y una falta de mercado para la mayoría de los productos financieros, independientemente de su naturaleza.
Además, explica que en los días de presentación de las ofertas esta situación se ha visto agravada por las turbulencias específicas en el sistema financiero europeo, conduciendo a un "cierre práctico" de los mercados y a una "extrema dificultad" para los potenciales participantes en conseguir financiación.
A juicio de dicha mesa, estas circunstancias han afectado al número y características de las ofertas finalmente presentadas. Asimismo, la situación de no discriminación entre las características de los distintos activos lleva a concluir que, en la coyuntura actual, "existe una percepción del riesgo alejada de la que cabría esperar de un activo de las características del ofertado en esta subasta del déficit ex ante".
Por todo ello, la meda de adjudicación ha decidido declarar desierta la subasta. No es la primera vez que esto ocurre. La primera subasta, celebrada en noviembre de 2007, quedó también desierta, después de que sólo presentaran ofertas el Santander y la BBK.
Por contra, en la segunda subasta, que se realizó el pasado 12 de junio, y a la que concurrieron 10 bancos, fue posible colocar 1.300 milones de los 1.175 millones reconocidos para el año 2007 y el resto para una parte de 2008. Dexia Sabadell y el banco germano Depfa Bank fueron los adjudicatarios.
El Banco de España descartó realizar estas subastas con el aval del Estado, como solicitaba el regulador, al estimar que ello podría ser interpretado como ayuda pública.