Un club en el que compartir la pasión por los bonsáis
El cultivo de bonsáis se ha mantenido tradicionalmente como parte de un micromundo al que muy pocos se han atrevido a acercarse. Sin embargo, proliferan cada vez más las reuniones y los clubs de aficionados a esta técnica ancestral nacida tan lejos de España.
El origen del mundo del bonsái se sitúa en China, aunque donde más se cultivó y adquirió el prestigio que hoy tiene fue en Japón, donde se convirtió en inspiración para poetas y pintores. El nombre proviene de la unión de dos palabras japonesas; bon, bandeja y sai, planta. Su esencia está en conseguir transformar ese tronco leñoso en un pequeño árbol, con la misma apariencia y características de aquel al que reproduce, pero a menor escala. Son cultivos que pueden adaptarse a la temperatura de una casa o invernadero, y cuestan a partir de 18 euros.
A pesar de su fama de extremadamente delicados, cada vez son más los aficionados que se han lanzado al cultivo de algún ejemplar. En la Asociación Española figuran unos 69 clubs, aunque existen más. Uno de los pioneros es el Club Bonsái Madrid, que monta cada año una exposición con los árboles modelados por los socios. Su XXV edición ha tenido lugar este año del 25 al 28 de septiembre en la Rosaleda del Parque del Oeste, con la novedad de enseñar la primera muestra de sus colecciones singulares. Cuentan actualmente con cerca de cien socios y entre 80 y 90 árboles.
Palabras de experto
Se reúnen cada jueves en una sala del Jardín Botánico de Madrid y cuentan una vez al mes con la presencia de David Benavente, actualmente uno de los máximos conocedores del mundo del bonsái.
Con una extensa experiencia, Benavente expone sus conocimientos no sólo a los socios mensualmente, sino también en los diversos talleres y cursos que ofrece en su propio estudio. Además, es director de la revista Bonsái Actual, una réplica en español de su homóloga japonesa. Para él, 'no existe tal delicadeza en los bonsáis. La mayoría se mueren por el riego inadecuado; por defecto en un momento dado, y por exceso en otro para intentar paliar los efectos del primer descuido'. Califica su estudio, lleno de árboles en miniatura, como un remanso de paz en medio del tráfico y el caos de la capital, y asegura que la principal enseñanza que aprendió del cultivo, es que 'todo tiene un proceso. Puedes intentar actuar en una dirección u otra, pero todo transcurre de modo inevitable'. Cada persona que se acerca al bonsái saca su propia experiencia.
Cada vez se cultiva más y mejor en España
Saliendo de las fronteras de Japón, donde el cuidado del bonsái adquiere un significado más profundo y experto, en Europa es Italia quien hasta ahora se mantenía a la cabeza del resto de países en lo que a este mundo se refiere. Sin embargo en el último concurso Ginkgo Bonsai Award, el más prestigioso, celebrado en Bélgica, España recortó visiblemente su distancia, consiguiendo importantes galardones, varios de ellos conseguidos por alumnos del propio Benavente.Son muchos los que se dedican con gran interés al cultivo de sus árboles, teniendo varios ejemplares a su cuidado, y participando además en concursos de renombre e importantes exposiciones. La del club Bonsái Madrid es solo un ejemplo, ya que ha alcanzado su XV edición. Muestra del interés que despierta es que a ella se hayan desplazado gente no sólo de Madrid, sino de varios puntos del resto de España.La del bonsái es una afición que en otro momento puso de moda el ex presidente del Gobierno Felipe González, pero que paulatinamente ha ido aumentando el número de seguidores y su repercusión en el panorama mediático español.David Benavente ha sido el primer español en participar como demostrador en el llamado kokufu europeo, el certamen belga ya nombrado, además de haber participado en concursos internacionales y haber publicado artículos en revistas temáticas de diversos países.