GE rebaja por segunda vez su objetivo de beneficios

General Electric (GE) ha sido siempre una empresa muy diversificada y sus cuentas han servido para tomar el pulso a la economía. Ahora, las constantes vitales que manda este conglomerado no son buenas. GE rebajó ayer, por segunda vez en el año, su previsión de beneficios a 20.000 millones de dólares (frente a los 22.200 millones del ejercicio pasado) y ha suspendido las operaciones de recompra de acciones 'debido a una debilidad y volatilidad sin precedentes'.

La empresa, presidida por Jeffrey Immelt, mantendrá el dividendo de 2009 en 31 centavos por acción, el mismo que en 2008. Esta es una decisión histórica porque será la primera vez en 30 años que el pago a los accionistas no sube anualmente.

El problema al que se enfrenta Immelt viene de la división que más había crecido en los últimos años, los servicios financieros, que en 2007 aportaron algo más de la mitad de las ganancias de la compañía. El terremoto en las Bolsas y la caída del mercado del crédito está pasando factura a GE Capital, un área para el que se anticipan 'condiciones difíciles' que probablemente no mejoren 'en un futuro cercano'.

GE quiere ahora reducir la exposición de estos negocios de tal manera que, para 2009, el área industrial sea responsable del 60% de los resultados frente al 40% de los servicios financieros. Para estos otros negocios 'se espera que los resultados sigan siendo fuertes en el trimestre debido a la buena marcha de los servicios de infraestructura y medios de comunicación'.

Para mantener la calificación crediticia de triple A, Immelt, inyectará liquidez en GE Capital y reducirá así el apalancamiento, motivo por el cual cierra el grifo en la recompra de acciones y congela el dividendo. En declaraciones a la CNBC, una cadena de su cartera, negó que el modelo de negocio de GE Capital fuera inviable. En abril, cuando hizo su primera revisión a la baja de beneficios GE sufrió una histórica caída en Bolsa. Ayer, la acción ganó un 3,74%.