El Congreso plantea sus dudas ante el plan de rescate de la banca
El secretario del Tesoro, Henry Paulson, y el presidente de la Fed, Ben Bernanke, volvieron ayer a la carga para defender el plan de salvamento de la banca y tratar de cerrar un acuerdo. La resistencia es intensa, incluso entre los republicanos, pero Paulson se mostró ayer abierto a negociar.
El Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes oyó a Paulson y Bernanke en una cerrada defensa del plan para comprar activos ilíquidos a las entidades financieras y eliminar así las incertidumbres del sistema.
Los argumentos de ambos fueron los mismos que el día anterior ante un crítico comité bancario del Senado pero ayer, Paulson aceptó que en la legislación se tiene que plantear el agravio que suponen las compensaciones de los directivos de unas firmas que ahora van a ser rescatadas con 700.000 millones de dólares de dinero público. 'Los americanos están enfadados por estos salarios y tienen derecho', dijo. Fue un comentario que no estaba en sus declaraciones escritas. 'Debemos encontrar la forma de integrar esto en la legislación sin que se pierda la efectividad del programa'. Hasta el martes, Paulson dijo que no quería un plan 'punitivo'.
El volantazo se produce después de una reunión anterior con representantes del partido republicano a los que pidió apoyo. Paulson salió de la reunión una hora y media más tarde después de oír las quejas de unos congresistas -algunos se presentan a la reelección en noviembre- que no hacen más que recibir comunicaciones de unos electores contrarios a que se use el dinero de sus impuestos para este rescate.
Zapatero acude a la reunión de Gordon Brown para analizar la crisis
Tanto Bernanke como Paulson han advertido que sin este plan el caos financiero, y por tanto económico, está asegurado. Al cierre de esta edición no se había acabado esta sesión frente al comité.
Ante la actual situación de parálisis y contraofertas por parte del Congreso, el presidente, George Bush, anunció a primeras horas de la tarde que se dirigiría por la noche a la nación con un discurso televisado para defender el plan de Paulson.
Una hora antes, en Nueva York, estaba prevista una reunión convocada por el primer ministro británico, Gordon Brown, para analizar esta crisis con los jefes de Gobierno que asisten a la Asamblea de Naciones Unidas. A la reunión asistirán José Luis Rodríguez Zapatero, los primeros ministros de Australia, Dinamarca y Brasil, el director gerente del FMI, el presidente de la Comisión Europea y el de Tanzania en representación de la Unión Africana.
Las ramificaciones políticas de la delicada situación llegaron ayer a la campaña. John McCain suspendió la suya para volar a Washington y participar en las negociaciones sobre este rescate. El candidato republicano ha pedido a su oponente, Barack Obama, que se retrase el debate del viernes, que está previsto que versara sobre política exterior.
Indagaciones por fraude
Por otro lado, algunos de los gigantes rescatados por el Gobierno de EE UU en medio de la crisis financiera se enfrentan ahora a un problema adicional, al estar siendo investigados por un presunto fraude en el negocio de las hipotecas de alto riesgo.
La investigación que ha abierto el FBI a las hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, así como a la aseguradora AIG -intervenidas todas ellas por el Gobierno- y al banco de inversión quebrado Lehman Brothers, supone una nueva ramificación en la grave crisis que del sector financiero.
Estas cuatro firmas se han sumado a las otras 22 cuya conducta está siendo examinada por haber cometido irregularidades contables o por haber animado a los inversores a comprar activos garantizados con las hipotecas subprime, sin alertarles del riesgo que corrían.
El FBI investiga a 1.400 intermediarios de créditos hipotecarios en todo el país, por posible fraude.
Pese a estas acciones de los investigadores federales, los expertos creen que detrás de la debacle financiera está la laxitud reguladora de la administración, que permitió el crecimiento exorbitante del mercado subprime.