Juicio al Tribunal
Había una institución comunitaria que parecía a salvo de todas las críticas. Había. El período de gracia se le ha acabado al Tribunal de Justicia europeo. Mañana (jueves 25), el Consejo de ministros de Justicia de la UE debatirá en Bruselas las consecuencias de una reciente sentencia de ese Tribunal sobre los derechos de reunificación familiar de una pareja formada por un ciudadano comunitario y otro extracomunitario.
El escrutinio de los ministros reviste especial importancia porque coincide con una creciente avalancha de críticas contra un Tribunal al que se acusa de usurpar el papel del legislador y de imponer una lectura maximalista de las directivas comunitarias.
El Tribunal también ha provocado la indignación de los actores sociales con tres sentencias consecutivas que se consideran favorables a la deslocalización empresarial y al recorte de la acción sindical.
Tampoco falta quien achaca a los nuevos magistrados del Tribunal , procedentes de los países del Este, cierta falta de familiaridad con el derecho comunitario, cuando no una presunta orientación ultraliberal en materia socioeconómica.
Con todo, la mayor amenaza para los jueces comunitarios procede de sus propias colegas en el Tribunal Constitucional alemán. Esa Corte nacional dictará en breve una sentencia que, según los expertos, puede suponer el final de la supremacía de Luxemburgo sobre los tribunales alemanes en materia de derechos fundamentales. Si es así, la autoridad del Tribunal europeo podría resquebrajarse en toda la UE