El dinero en efectivo en España cae un 6,7% desde julio de 2007
El efectivo en circulación en España ascendía en julio a 83.233 millones de euros, lo que supone un descenso del 6,7% respecto al mismo mes de 2007, cuando estalló la crisis financiera originada por las hipotecas basura o "subprime" de Estados Unidos.
Según las estadísticas del Banco de España, que reflejan el dinero distribuido por la entidad a bancos y cajas menos el que éstas le devuelven, esta caída se debe al descenso de billetes, que cayeron el 7,2%, hasta sumar un importe de 79.837 millones de euros.
Estas cifras reflejan una caída de la demanda de efectivo de los ciudadanos, ya que el descenso obedece a que los bancos piden menos dinero al Banco de España o devuelven más, en función de lo que le pidan sus clientes.
Por su parte, las monedas sumaban en julio 3.396 millones de euros, lo que representa un incremento del 5,9% respecto a un año antes. Por lo que respecta a los billetes de 500 euros, en el séptimo mes del año sumaban 54.828 millones de euros, el 3,7% menos que en julio de 2007, cuando su importe conjunto alcanzó la cifra récord de 56.956 millones de euros.
Este descenso confirma la tendencia negativa de este tipo de billetes, que llevan siete meses a la baja y que en julio cayeron por debajo de los 110 millones de unidades por primera vez desde noviembre de 2006.
Pese a esta caída, los billetes de 500, los de mayor denominación de la zona euro, han aumentado su peso, ya que mientras en julio de 2007 representaban el 63,8 por ciento del efectivo, un año después suponían el 65,8%.
En el mismo periodo, el importe de los billetes de 200 euros cayó un 1,5%, hasta los 4.111 millones de euros; y el de los billetes de 100 bajó el 14,45%, hasta los 6.561 millones de euros, mientras que el de los de 50 euros subió un 3,1%, hasta los 26.556 millones de euros.
El resto de billetes (20, 50 y 5 euros) arrojaban un saldo negativo, lo que se debe a la gran afluencia de turistas que cada año visita España. Habitualmente, los turistas llegan al país con los bolsillos y carteras repletos de billetes "pequeños" que acaban en los bancos y cajas, que, a su vez, piden al Banco de España que los retire ante la falta de demanda de sus clientes.