Copenhague
Copenhague, la ciudad de la Sirenita, es un rincón elegante y agradable, que alberga desde un barrio libertario autónomo hasta una ópera abierta sobre las aguas.
La vieja Ciudad de los Mercaderes -no otra cosa significa su nombre- tiene una relación con el mar más estrecha que casi ninguna otra del mundo. Como la Sirenita, su símbolo, Copenhague mira hacia el agua, que entra en canales y lagos por sus calles. La renovación que afronta, de la mano de su afamado diseño, incluye la recuperación del viejo puerto con nuevos y espectaculares edificios
La isla de Zelanda es el puente entre Escandinavia y Centroeuropa; una metáfora culminada ahora con la formidable estructura de 8 kilómetros que une a la capital danesa con Malmoe, en Suecia. Copenhague lleva años eludiendo su destino de lugar de tránsito sumando más y más atractivos para el visitante, como el colorismo de sus paisajes en días despejados -el azul del mar, el verde del musgo en los tejados, el blanco de la nieve en invierno, el colorismo de las fachadas modernas...-, su ritmo pausado y su combinación de aires señoriales y vanguardistas.
Una ventaja para la visita es que Copenhague puede recorrerse a pie. Sin desdeñar la posibilidad de excursiones a los alrededores -y algunas de las playas bien valen una visita en estas fechas, las únicas en que hay esperanza de baño-, el perímetro de la zona céntrica de Copenhague puede recorrerse de punta a cabo en dos horas. O, mejor aún, hacerlo imitando a sus ciudadanos en una de las bicicletas que es fácil alquilar por todas partes, y que forman parte inseparable del recuerdo de la ciudad. Los carriles bicis, totalmente seguros, y la falta de desniveles en la ciudad hacen que el pedalear se convierta en un auténtico placer.
Nyhavn es para la copa relajada, y Christiania, para la canalla
El diseño danés, de fama mundial, brilla en las calles
La Sirenita, símbolo de la ciudad, está en uno de los extremos. Instalada en 1913 con el capital de un fabricante de cervezas, en realidad no es más que una pequeña escultura -1,25 metros- en un entorno agradable, pero cuya notoriedad la convirtió en víctima del vandalismo. Ha sido dos veces decapitada, multitud de ocasiones pintada de todo tipo de colores, y vejada de mil y una maneras distintas.
No lejos se encuentra la antigua ciudadela que protegía la ciudad y el Palacio de Amalenborg, donde aún hoy reside la familia real. Christiansborg, la sede del gobierno, es el otro edificio de regusto clásico que figura como visita obligada en cualquier itinerario.
Más llamativa y actual es la estampa que ofrece el nuevo edificio de la âpera de Copenhague. Financiado por un magnate naviero, se encuentra en una isla rodeada de canales en el vértice del puerto. Su figura, con detalles que recuerdan la figura de un violín o la estructura de un barco, está amparada por un espectacular techo voladizo de 102 metros. Se trata de un edificio con incontables posibilidades: por ejemplo, permite que la compañía pueda actuar en un escenario flotante, con los espectadores a cubierto...
También da al mar el barrio más típico de la ciudad a la hora de tomar una cerveza, el Nyhavn o Puerto Nuevo que es, hoy por hoy, el más antiguo de sus puertos. Sus fachadas policromadas ante pequeños buques son una imagen familiar de la ciudad, y una zona de paseo agradable.
Los principales puntos de interés cultural de la ciudad son el Nationalmuseet, con una amplia panorámica de la cultura y la historia danesa, y la Gliptoteca Carlsberg, creada por la familia cervecera, y que incluye una de las mejores exposiciones estables de escultura del mundo.
Los más aventureros se inclinarán por unas horas en Christiania. Es casi un tópico el afirmar que los daneses son el pueblo más tolerante del mundo, pero quizá esa idea no puede comprenderse del todo hasta que no se entra en este barrio con reglas y organización al margen de la propia ciudad, como fruto de una historia contracultural que dio comienzo hace más de 30 años.
No han faltado tiras y aflojas (ocupaciones policiales, organización en Christiania de los Rainbow Warriors o guerreros del Arco Iris, manifestaciones...), pero, en resumen, la comuna mantiene cierta autonomía, con normas propias, como una mayor tolerancia hacia las drogas blandas. Tiene hoy 800 habitantes registrados, y una enorme lista de espera de gente que quisiera vivir allí, aunque algunos críticos señalan que muchos de sus actuales habitantes son personas que consideran cool el lugar, sin ninguna vinculación con los ideales pioneros.
No sólo Christiania hace de Copenhague un lugar atractivo para la juventud, sino también la tradición danesa del diseño, hoy auspiciada por el estado. La fama del diseño danés procede de la posguerra, cuando una serie de creadores combinaron la tradición artesanal del país con la necesidad de producir objetos económicos y, a la vez, duraderos. Uno de esos pioneros, Arne Jacobsen, diseñó un sillón, el 3107, que vendió cinco millones de copias en todo el mundo. Empresas como Bang & Olufsen, Lego o Louis Poulsen son referentes mundiales en este terreno cuyas tiendas principales se encuentran aquí. Las mejores creaciones de todos ellos pueden admirarse en el magnífico Centro del Diseño Danés. Además de Lego -que tiene uno de sus parques temáticos a unos kilómetros-, en Copenhague puede disfrutarse con los chavales en uno de los parques de atracciones más antiguos del mundo en activo, el pequeño Tívoli. Inaugurado en 1843, sus montañas rusas y norias mantienen un insólito encanto de época. La mejor forma de verlo es a medianoche, en los días en que cierra con fuegos artificiales.
Guía práctica
Cómo irIberia, SAS y Spanair tienen vuelos diarios con la capital danesa desde Madrid, y otros aeropuertos españoles tienen conexiones semanales.Dormir y comerHotel D'Anglaterre Con 250 años de historia y un listado de huéspedes deslumbrante en todo ese periodo -desde Grace Kelly hasta Winston Churchill-, es fácil imaginar que se trata de un establecimiento que lleva la tradición al territorio del lujo. Situado de forma inmejorable, al comienzo de Strogev y muy cerca del agua. Kongens Nytorv 34.Radison SAS Considerado como uno de los primeros hoteles de diseño en todo el mundo, es una obra del célebre arquitecto danés Arne Jacobsen. Fue renovado con el máximo lujo en el año 2000. Hammerichsgade 1.The Paul Restaurante situado en el interior del Tivoli, que abre en las mismas fechas del parque. Menú fijo en torno a los 80 euros, es necesario reservar por anticipado. Vesterbrogade 3.Froken Nielsen Uno de los numerosos restaurantes de buena comida danesa -pescado ahumado, guisos de carne...-, de precios aceptables y ambiente jovial. Gammel Kongevej, 27.ComprasStroget El área peatonal más antigua del mundo, quizá el primer centro comercial de la historia, es la unión de seis calles. Sus precios nunca han sido amistosos, pero la fortaleza del euro ayuda. Moda, cafés chic y tiendas tan reseñables como la de la Fábrica Real de Porcelana están entre sus atractivos.Bodum Home Store La tienda más representativa de los objetos de diseño daneses, incluyendo la famosa cafetera Bodum. Cuatro plantas repletas de soluciones.