Alternativas a los depósitos
Se trata de uno de los temas más comentados y manidos en la industria financiera y de la inversión colectiva en particular. Nos referimos a la extraordinaria competencia entre las entidades financieras españolas para captar depósitos de sus clientes, lo que le ha llevado a ofrecer intereses no vistos en años por los ahorradores españoles. Lo que no hace mucho parecía poco menos que imposible, batir la inflación, empieza a ser posible en estos momentos, incluso cuando coincide con elevadas tasas de inflación desconocidas desde hace mucho tiempo.
Es bastante evidente que para aquellos inversores de carácter muy conservador los depósitos bancarios se erigen en principio como una de las mejores opciones de inversión actualmente existentes. Sin duda, se impone la búsqueda y comparación de las diferentes ofertas ya que en ocasiones las condiciones no son muy claras y la tasa de interés anunciada sólo se disfruta durante un corto periodo de tiempo reduciéndose luego a un interés claramente inferior. En cualquier caso, es justo señalar que se trata de un producto sencillo de comprender incluso para aquellos ahorradores con apenas ningún conocimiento financiero.
Sin embargo, pocas veces se oye hablar de las desventajas que conllevan este tipo de productos. Una de las más claras, en comparación a los fondos de inversión son las fiscales. Numerosos ahorradores consumidores de depósitos bancarios son en realidad inversores de largo plazo que disponen de un volumen de ahorro estable. En estos casos retrasar el pago de impuestos mediante la inversión en fondos puede ser una decisión más inteligente que pagar periódicamente a Hacienda cada vez que recibimos los intereses en cuenta. El pago a Hacienda tiene un efecto más considerable de lo que a veces podamos pensar. Prácticamente el interés se ve reducido en un 20% en origen, por lo que por ejemplo un tipo de interés del 5%, en realidad se queda en un 4% neto. Adicionalmente, los intereses pueden elevar nuestro tipo marginal afectando a la tributación del conjunto de rentas obtenidas durante el año.
Riesgos
Otro asunto que debe ponderarse, en particular por parte de los inversores más conservadores y con mayor volumen de ahorro es el del riesgo de crédito al depositar nuestros ahorros en una entidad privada como puede ser un banco. Sin duda, no hay que ser alarmistas ya que las entidades financieras españolas son generalmente sólidas pero en los actuales momentos de incertidumbre y con las perspectivas que algunos analistas están lanzando para el sector bancario y de las cajas de ahorro, la prudencia y la diversificación de riesgos (es decir no colocar todos nuestros ahorros en una misma entidad y producto) no esta de más. Además, es probable que la presión que esta dura competencia ya esta causando en los márgenes de beneficios de muchas de estas entidades les obligue a reducir las tasas de interés ofrecidas en un futuro próximo.
En los fondos por el contrario mientras no vendamos no pagamos a Hacienda por las plusvalías obtenidas. No sólo eso sino que si vendemos el fondo pero traspasamos el dinero a otro fondo con otras características más interesantes en un futuro tampoco tributaremos. Sólo cuando liquidemos el fondo y el dinero se ingrese en cuenta llegará el momento de la tributación. Para periodos largos de bastantes años el ahorro por el retraso en el pago a hacienda puede ser significativo.
Los fondos son también uno de los productos financieros más seguros que existen en cuanto a riesgos de crédito o fraude. Buen ejemplo de ello fue el famoso caso Gescartera donde el fondo de inversión de esta entidad fue prácticamente lo único que se encontraba intacto y donde los inversores pudieron recuperar su dinero. Otro asunto es el riesgo de las inversiones del fondo. Así, en el caso de los fondos monetarios o de deuda a muy corto plazo -tipo de fondos que se erigen como los principales competidores de los depósitos- habrá que estar atentos, particularmente en estos momentos, al riesgo proveniente de la inversión que puedan tener en deuda corporativa como pagarés, etc. Particularmente habrá que evitar todo aquel papel comercial ligado en mayor o menor medida al sector hipotecario y financiero.
Lo que deben saber los inversores es que más allá de las modestas rentabilidades medias de este tipo de fondos que son mostradas en el gráfico central, existen fondos monetarios invertidos exclusivamente en deuda pública de la máxima calidad crediticia y con unas comisiones de gestión muy reducidas. Desafortunadamente son pocos los fondos de este tipo disponibles en este momento pero hay algunos y estos son más que dignos competidores de los depósitos. La rentabilidad interanual de algunos de esos fondos se sitúa alrededor del 4% y es previsible que en los próximos doce meses incluso lleguen a superarla. Todo ello con la máxima seguridad. Sólo hay que buscarlos y en bastantes ocasiones los encontraremos como productos gancho de las gestoras. Algo así como la leche u otros productos básicos que son ofrecidos por los supermercados sin apenas margen con el objeto de atraer luego al cliente a otros productos con mayor beneficio.
Análisis. Fondos monetarios en dólares
La inversión en deuda de la máxima calidad crediticia como letras del tesoro norteamericana, con reducidas comisiones de gestión, también es posible a través de fondos de inversión.Se trata de otro producto financiero totalmente diferente ya que el calibre de los movimientos que registra el tipo de cambio dólar/euro es muy elevado como muestra el gráfico.No obstante, con una perspectiva de medio plazo puede ser una inversión muy interesante para las carteras de inversores cuyo perfil de riesgo sea alto.