El crédito hipotecario nuevo cayó un 41,2% en julio
Las entidades financieras que operan en España concedieron en el mes de julio 8.326 millones de euros en créditos para la compra de vivienda, lo que supone un 41,2% menos que en el mismo mes del pasado ejercicio, según los últimos datos del Banco de España.
El volumen de créditos contratados por los hogares se situó en línea con las cantidades suscritas en meses anteriores, que se han reducido sustancialmente a raíz de la crisis financiera que estalló en agosto de 2007. Las turbulencias de los mercados dificulta considerablemente a bancos y cajas la obtención de liquidez para poder seguir prestando a las familias españolas.
De hecho, el volumen de préstamos hipotecarios otorgados por las entidades españolas se ha movido entre los 8.000 y 9.000 millones de euros en todos los meses de 2008. Un año antes las cantidades superaban los 14.000 millones mensuales, cifra que comenzó a disminuir tras el estallido de la crisis.
Pese a la escalada del euríbor, el principal indicador para fijar los tipos de interés de las hipotecas, casi el 90% de los préstamos que se realizaron se continúan revisando anualmente o con una cadencia de tiempo menor, según los datos del Banco de España. Lo curioso es que el resto de créditos, como los destinados al consumo, que financian la adquisición de automóviles, electrodomésticos, muebles o viajes, han sufrido caídas muy inferiores. La banca otorgó en julio 4.016 millones de euros en créditos al consumo, frente a los 5.166 millones concedidos 12 meses antes, mientras que los créditos para otros fines ascendieron a 6.081 millones, frente a los 6.712 millones del mismo mes del año pasado.
De esta forma, el volumen de créditos hipotecarios se ha ido acercando al volumen de otros tipos de préstamos, debido sobre todo a las mayores exigencias para su concesión, aunque también a los menores precios de la vivienda. El fuerte despegue de la morosidad, que a junio era ya del 1,61%, también ha influido negativamente en la banca, lo que ha provocado, que junto a la falta de liquidez, las entidades financieras extremen las exigencias para otorgar créditos tanto a hogares como a empresas. La crisis económica española también ha derivado en una menor demanda de préstamos por parte de las familias.