Los pañuelos que más abrigan en la crisis son de seda
Hermès aumenta sus beneficios en un 5,3% gracias a los artículos textiles y a sus tiendas en Asia
El mundo es un pañuelo. Y, a veces, un pañuelo es un mundo para una empresa como Hermès, la refinada marca de complementos de lujo. Su producto bandera, el pañuelo de seda, ha salvado sus resultados con un crecimiento de ventas del 17%. La marca francesa ha aumentado sus beneficios en un 5,3% en relación al año anterior, con unas ganancias netas de 134,9 millones de euros, como informó ayer su consejero delegado, Patrick Tomas, en la presentación de resultados en París.
La apertura de nuevas tiendas en los mercados emergentes como China, Rusia o India han favorecido también el crecimiento. Más del 40% de sus ventas se efectúa en Asia. Además, Hermès aumenta los ingresos más rápidamente que sus competidores al contar con tiendas más resistentes a la recesión. La empresa amplió el año pasado su primera tienda de París y planea añadir y renovar 40 tiendas en 2008.
'La venta de artículos de seda', explicó Tomas, 'así como de piel y perfume ha impulsado los buenos datos, porque la joyería y relojería han bajado'. Por ello, saben cuidar sus preferencias. Están sacando al mercado español una serie limitada de pañuelos diseñados por el escultor Josep Albert. 2.060 euros cuesta cada uno. 'Nos acaban de llegar a la tienda. Sólo tenemos diez', confirma un empleado de uno de los establecimientos. 'Solemos sacar dos series al año, a veces de nuevos creadores, pero en ocasiones repetimos modelos del pasado que nos han traído éxito', añade otra empleada.
Otras marcas de lujo, como Tiffany's o Gucci, han presentado unos resultados que también superaron las expectativas del mercado
Hermès, cuya dirección artística está en manos del diseñador Jean Paul Gaultier, es la marca de lujo cuyos productos son, de media, los más caros. Su modelo de bolso Kelly cuesta más de 4.000 euros, aunque algunos pueden llegar a los 50.000 euros. Eso sí, ninguno baja de los 1.200 euros.
Pero Hermès no es la única gran firma de lujo que crece en beneficios. El sector está aguantando con dignidad la crisis. PPR, el grupo que posee Gucci, declaró unos beneficios de 344 millones de euros, con una subida del 17% respecto al año pasado. Las ventas de sus productos de lujo crecieron un 13%. Tiffany's, por su parte, creció un 12% con unos beneficios de 80,8 millones de dólares (55 millones de pesetas). Todas ellas han presentado unos resultados que superan las expectativas del mercado.
Y las perspectivas de futuro no son menos halagüeñas. Según un estudio de la consultora Capgemini, la cantidad de gente en el mundo cuyos activos superan el millón de dólares (sin contar piezas de arte ni primeras residencias) creció en un 9,4% durante 2007. Los activos totales de estos afortunados superan los 40 billones.
Una de esas personas fue, precisamente, quien colocó a Hermès en la cúspide del glamour. Cuando el presidente Jean Louis Dumas, quien quiso sustituir en su empresa el adjetivo de lujoso por el de refinado, fue a recoger a Jane Birkin al aeropuerto en 1984, lo primero que vio fue a la actriz revolviendo la mano en las entrañas de su bolsa, refunfuñando: 'es que aquí no se puede encontrar nada'. Dumas le prometió crear un bolso para ella 'cómodo y elegante': de ahí salió el bolso Birkin.