Según informó hoy ThyssenKrupp, las actividades de servicios relacionados con el acero en Alemania y en Brasil permanecerán en el futuro en el consorcio.
La actividades de las que ThyssenKrupp se quiere desprender tienen una facturación de 1.700 millones de euros (2.482 millones de dólares).
ThyssenKrupp bajó en los nueve primeros meses de su ejercicio fiscal el beneficio bruto hasta 2.297 millones de euros (3.418 millones de dólares), un 19,5% menos que en el mismo periodo del año anterior.