La debilidad económica aleja al Ibex de los 12.000 la situación en la banca nuevo dilema para el bce el pinchazo inmobiliario la presión del petróleo Los malos datos económicos arrastran al euro
Mientras en Moncloa, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunciaba el jueves una batería de medidas para combatir la crisis económica, los números rojos se adueñaban del parqué. El Ibex saldó su tercera jornada consecutiva en números rojos, con un descenso del 0,76%. El índice concluyó en 11.606,8 puntos, alejándose así de la cota técnica de los 12.000, que había reconquistado el lunes, después de un mes y medio cotizando por debajo.
Los principales responsables de la caída del selectivo fueron los tres pesados: Telefónica, Santander y BBVA. Estos tres valores representan casi el 50% de la capitalización del Ibex, por eso sus movimientos son determinantes para la Bolsa. Pues bien, sus respectivas caídas restaron 60,1 puntos a un índice cuyo descenso neto fue de 88,6 puntos. En términos porcentuales, los mayores castigos correspondieron a la tecnológica Indra (-1,96%), al Banco Popular (-1,89%) y al gestor del parqué, el holding Bolsas y Mercados Españoles (-1,63%). En el polo contrario, hubo algunos avances interesantes, como los de Inditex (1,26%), consolidada como la mayor empresa del mundo en el negocio de moda minorista. Tras la firma gallega, las mayores ganancias correspondieron para la constructora Sacyr Vallehermoso (1,07%) y para Abengoa y Mapfre, ambas con sendas revalorizaciones del 0,93%.
El volumen de negociación volvió a ser muy bajo. El mercado continuo registró un volumen neto, excluidos los bloques y operaciones especiales, de poco más de 2.300 millones. Este dato tiene su lectura positiva, ya que indica que los inversores tampoco tuvieron un interés denodado por deshacer posiciones en un entorno de mercado bajista. Una vez más, acertar con los valores marcó la diferencia entre los inversores. Fuera del Ibex 35, que reúne a las compañías más grandes y de mayor capitalización, hubo movimientos muy interesantes. Así, Española de Zinc se revalorizó nada menos que un 12,3%. Prisa, empresa editora de CincoDías, continuó su tendencia alcista de las últimas jornadas con una mejora del 5,92%; Ercros se apreció un 5% y Reyal Urbis, un 4,05%.
La trayectoria del mercado español no fue secundada, sin embargo, por el resto de plazas europeas. Así, el Euro Stoxx 50 mejoró un 0,13%; el Footsie de Londres, un 0,9%; el Cac 40 de París, un 0,41% y el Dax de Fráncfort, un 0,31%.
En Madrid pesó, sin duda, el dato del PIB nacional, que el segundo trimestre del año sólo registró una expansión del 0,1%, es el peor dato en 15 años. España ha pasado de ser el puntal de crecimiento de la eurozona a convertirse en el país más potencialmente vulnerable ante la crisis económica global. La razón radica en el elevado del sector inmobiliario y de la construcción en el PIB. Las firmas de calificación Fitch y Moody's expresaron la semana pasada su temor a que la combinación de altas tasas de IPC, incremento en los costes crediticios (vía euríbor), caída brusca de los precios de la vivienda e incremento del desempleo termine generando una grave crisis económica en España y, en consecuencia, un incremento de las tasas de morosidad. El Ibex está reflejando toda esta dinámica y ya pierde un 23,55% desde enero.
En Europa, el empuje de las empresas de recursos básicos, como BHP Billiton y Rio Tinto, que registraron avances superiores al 4%, permitió que las Bolsas cerrasen al alza, a pesar de la mala apertura de Wall Street.
El dato de inflación de EE UU correspondiente al mes de julio fue demoledor. El IPC se situó en el 5,6%, el dato más elevado en 17 años. A pesar de ello, la autorización para que bonos sobre créditos hipotecarios avalados por las empresas estatales Fannie Mae y Freddie Mac ingresen en el mercado de renta fija impulsó al alza a Wall Street. Al final de la jornada, el Nasdaq mejoró un 1,03%; el S&P 500, un 0,55% y el Dow Jones, un 0,72%.
El volumen de negocio neto del mercado continuo fue muy bajo, apenas superó los 2.300 millones
l Los malos resultados se multiplican en el sector bancario. En España, el sector ha aguantado bastante bien de momento, pero el crédito hipotecario ha pasado de crecer un 20% en el primer semestre de 2007 al 7% en este año. UBS y JPMorgan han publicado esta semana pérdidas millonarias.
l La debilidad patente de la economía europea, con una contracción del 0,2% en el PIB de la eurozona del segundo trimestre, ha puesto la debilidad de la actividad en primer plano. El BCE preveía seguir encareciendo los tipos desde el 4,25% actual. Ahora, el mercado prevé un recorte para 2009.
l La trayectoria del petróleo será uno de los factores fundamentales para los próximos meses, dada su fuerte influencia en la inflación. El precio del barril ha caído alrededor de un 20% desde los máximos históricos de hace mes y medio, pero aún está un 60% más caro que hace un año.
l La debacle del ladrillo aún no ha tocado fondo y sigue pasando factura a España. La sociedad de Tasación Tinsa estima que los precios reales de la vivienda acumulan ya una caída anual del 10% en las grandes ciudades y en la costa. Los expertos esperan un ajuste 'duro y prolongado'.
La publicación de las cifras de PIB de la eurozona, que registraron la primera contracción trimestral de su historia (-0,2%), confirmaron la fragilidad económica de la región y volvieron a afectar al euro. La moneda de los Quince llegó a cambiarse el jueves por debajo de 1,49 dólares por unidad. El euro cotiza a los niveles más bajos desde febrero.
La moneda ha perdido ya un 7,2% desde los máximos históricos que alcanzó hace tan sólo un mes, cuando llegó a cruzarse a 1,6038 dólares por unidad. Los expertos señalan que el argumento principal de la caída del euro es el cambio de perspectivas respecto a la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE).
Hasta la semana pasada, se daba por hecho que la autoridad monetaria seguiría subiendo los tipos desde el 4,25% aprobado en julio pasado. Ahora, sin embargo, la debilidad económica está en primer plano, por encima de las presiones inflacionarias, y los inversores comienzan a descontar un recorte de tipos. La presión bajista se ha trasladado desde el dólar hasta el euro.