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Tribuna
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La revolución oculta del sector tecnológico

Aunque la industria de las Tecnologías de la Información es conocida por su carácter revolucionario e innovador, muchos desarrollos acaban siendo modas efímeras. Sin embargo, en los últimos años se ha ido produciendo una transformación que, pese a silenciosa, es revolucionaria y se ha acelerado en 2008.

Hasta ahora el sector de las TI se definía por ciclos de innovación cada vez más cortos reflejados por la aparición de sucesivas versiones de paquetes de software. Actualmente esta forma de innovar se ha quedado obsoleta porque condicionantes externos generan nuevos requerimientos a las empresas. Así, tanto organizaciones públicas como privadas, necesitan que sus sistemas sean realmente flexibles, de modo que los procesos de negocio funcionen sin fallos y los cambios se implementen rápidamente y sin que afecten a la marcha del negocio. ¿Qué tecnología puede satisfacer estos requisitos? Sin duda, la infraestructura software para el negocio, una nueva generación de software que apoya los procesos de negocio y funciona sobre las diferentes plataformas basadas en los actuales sistemas de aplicaciones. Un software que está ya presente en nuestra vida diaria, ya que los bancos lo usan para gestionar transacciones de billones de euros, el aeropuerto de Hong Kong para manejar más de 90 toneladas de carga por segundo o Gazprom para extraer de forma segura 150 trillones de metros cúbicos de gas y distribuirlo desde Siberia al resto del mundo.

Pero si este software ya está en funcionamiento, ¿dónde está la revolución? Es cierto, se trata de una revolución atípica, dada casi por supuesto. Y es que las compañías de seguros ya son capaces de procesar informes sobre accidentes en sólo tres días, en lugar de en varias semanas; las tarifas de roaming de las llamadas de teléfonos móviles dentro de la UE se redujeron en dos meses; los bancos pueden aprobar solicitudes de préstamos en minutos; un completo sistema de contabilidad de una empresa puede ser modificado en sólo tres semanas, y procesos de negocios que han sido automatizados pueden ser modificados en menos del 10% del tiempo que hubiera llevado hacerlo en caso de no emplearse una infraestructura software para el negocio.

En todo caso, uno de los pocos elementos visibles de esta revolución oculta es la continua consolidación del mercado. IBM compra Cognos, SAP adquiere Business Objects, y Oracle hace lo mismo con Bea. Las grandes corporaciones se hacen con otras más pequeñas que han reconocido las señales y han adaptado sus catálogos a esta nueva generación de software. Los ciclos de innovación de los paquetes de software no tienen, por tanto, ya sentido para sacar ventaja a la competencia. Ni siquiera la versión número 20 de un paquete estándar de software proporciona una verdadera ventaja competitiva.

Es un concepto completamente revolucionario, una revolución silenciosa. Son los mismos servidores y la misma internet que hace diez años. Es el mismo 'soniquete' que se escucha desde las profundidades de los centros de datos. Se trata de una revolución que se está gestando 'desde dentro', en los sistemas de software, en la propia infraestructura software para los negocios. Esta revolución consiste en el modo en que las líneas de programación y las aplicaciones trabajan juntas, interactúan, intercambian datos y se apoyan mutuamente. Es una revolución que protege la inversión realizada, que pone en práctica la palabra 'reusabilidad', que puede no sonar exótica, pero es que la rueda ya se ha inventado. Ahora lo que se requiere es que gire lo más rápido posible. Para ello las compañías de TI están explotando este concepto, de modo que sus clientes cuenten con unas ventajas competitivas sin precedentes y garanticen el futuro del sector.

Karl-Heinz Streibich. CEO de Software AG

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