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Conflictos

Moscú ordena el cese de las hostilidades a cambio del repliegue de Georgia

El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, ordenó ayer el fin de las hostilidades en Georgia. Para Medvédev, la solución definitiva del conflicto dependerá ahora de dos condiciones: primero, que las tropas georgianas retornen a las posiciones que ocupaban antes del inicio de la crisis, el pasado jueves, y segundo, un compromiso por escrito del Gobierno de Georgia en el que se comprometa a no usar la fuerza.

La noticia se conoció justo antes de la visita al Kremlin de Nicolas Sarkozy, el presidente francés, con el fin de diseñar un plan internacional para detener la guerra, que durante los últimos cinco días mantuvo en alerta a los mercados petroleros y a todo Occidente. 'Aún no tenemos un acuerdo de paz, sólo un cese provisional de las hostilidades, pero esto ya representa un gran progreso', declaró Sarkozy a la salida de la reunión con el presidente ruso. A pesar de todo, el primer ministro de Georgia, Lado Gurgenidze, no se fía. Al conocer la noticia, aseguró que después de la declaración del Kremlin, los aviones de combate rusos habían seguido bombardeando Georgia.

El lunes, Rusia hizo oídos sordos a la declaración unilateral del alto el fuego por parte de Georgia y realizó una incursión militar en el país caucásico abriendo nuevos frentes. Ahora, la decisión rusa, de llevarse a cabo, pone fin a cinco días de cruentos combates.

La OTAN se mostró satisfecha con los últimos acontecimientos, aunque insistió en que es necesario que ambos ejércitos vuelvan realmente y cuanto antes a las posiciones previas al conflicto. Además, esta organización recalcó que mantiene sus compromisos con Georgia, aunque el comportamiento de Rusia 'influirá en la discusión' que mantendrán la Alianza Atlántica y Rusia en su próximo encuentro.

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