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Caída

China aprende a perder en el capital riesgo

Blackstone, con capital chino, pierde 264,5 millones

Primera lección: en el capital riesgo también se pierde. China, que participa en el accionariado de la mayor sociedad de capital riesgo del mundo, la estadounidense Blackstone, asistió ayer a la presentación de los resultados de la firma de inversión y tomó nota de las pérdidas.

Blackstone perdió entre enero y junio 407,5 millones de dólares (264,5 millones de euros) y facturó 422,1 millones de dólares (274 millones de euros). Lo peor de los resultados del primer semestre de 2008 es la diferencia tan abultada con los registrados en el mismo periodo de 2007: entonces ganó 1.906,4 millones de dólares (un 121% más) y facturó 2,178,4 millones de dólares (un 81% más).

China se subió al carro dorado del capital riesgo en la salida a Bolsa de Blackstone, en junio de 2007, invirtiendo 3.000 millones de dólares en tomar algo más del 8% del capital de la sociedad. Se trató de la sexta mayor salida a Bolsa en la historia de Estados Unidos. China llevó a cabo su inversión a través del Central Huijin Bank, banco administrado por el Ministerio de Finanzas del país. El primer día de cotización las acciones de Blackstone, que salieron a un precio de 31 dólares, se dispararon y cerraron con una subida del 13,38%, 35,15 dólares por título.

Expertos del sector consideran que la entrada de China en el capital de Blackstone se debió, más que a las pretensiones de hacer negocio, al deseo de aprender de la mayor firma de inversión del mundo. De momento, el gigante asiático ha aprendido que ninguna firma financiera, por grande que sea, es inmune a una caída de la economía mundial.

El grupo de inversión aludió ayer a la crisis financiera y el parón inmobiliario vivido en Estados Unidos para justificar sus pobres resultados. También argumentó la caída del negocio en el aumento del precio de las materias primas. 'Los bancos siguen poniendo restricciones a la concesión de nuevos créditos, limitando el número de operaciones apalancadas corporativas y en el sector inmobiliario', apuntó en su presentación de resultados la sociedad.

La facturación de Blackstone cayó en el semestre en sus cuatro áreas de negocio -capital riesgo, inmobiliario, gestión de valores y consultoría financiera-. La división inmobiliaria de la firma de inversión perdió 14,4 millones de dólares frente a las ganancias de 315 millones en el mismo periodo de 2007.

No obstante China aprendió también ayer la segunda lección: al mal tiempo, buena cara, de las crisis también se puede aprovechar uno. Tras informar de las pérdidas, de la tremenda caída del negocio, después de advertir que los 'indicadores económicos de EE UU y Europa apuntan a un freno en el crecimiento', el presidente de Blackstone, Stephen Schwarzman, dijo: 'El bajo crecimiento de las economías mundiales y la volatilidad de los mercados presentan cambios y oportunidades para nuestra firma (...). Estamos muy bien posicionados en el contexto actual'.

CAÍDA EN BOLSA

Blackstone se estrenó en Bolsa en junio de 2007, con una subida del 13,38%, cerrando a 35,15 dólares. En el primer semestre de este año, sus títulos han cotizado entre los 14 y los 20 dólares. Ayer subió un 3% en el mercado de Nueva York.

Dos gigantes antagónicos unidos

Blackstone y China representan una de las grandes paradojas del mundo, al menos si este es entendido como se hacía en el siglo XX. El estandarte del capitalismo más duro, Blackstone, que gestiona activos valorados en 113.500 millones de dólares, cuenta en su accionariado con el mayor representante político del comunismo, China. En Estados Unidos, la alianza no parece haber levantado tantas ampollas como las que han provocado acuerdos de negocio entre otras firmas de inversión y fondos soberanos árabes. En 2006 un fondo árabe compró los derechos de gestión de los puertos más importantes de Estados Unidos. La operación levantó recelos y un buen revuelo político. Recientemente un representante de Carlyle, otra de las mayores sociedades de capital riesgo del mundo, ha tenido que acudir al Senado de Estados Unidos para asegurar que la inversión de estos inversores en el país es positiva. Carlyle cuenta entre sus accionistas al fondo Mubadala de Abhu Dhabi, que este año compró el 7,5% de la firma de inversión, por 1.359 millones de dólares.

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