Matarromera, vinos que destilan innovación
El grupo Matarromera centra su apuesta en la innovación. En 2007 facturó 13 millones de euros, de los que destinó el 30,7% a este capítulo
Investigación, desarrollo, diversificación, trazabilidad y sostenibilidad medioambiental son los conceptos que definen al grupo Matarromera. Fundado en el año 1988 por su actual presidente, Carlos Moro, en el corazón de la ribera del Duero, el grupo ha dado el salto a otras denominaciones de origen para estar presente en el mayor número posible de mercados. Así, cuenta también con bodegas en las de Cigales, Toro y Rueda. Y el fruto son vinos como Emina, Matarromera, Rento, Cyan o Valdelosfrailes.
La empresa exporta el 40% de su producción a zonas como la Unión Europea, Norteamérica o Asia. En total, vende a 52 países, aunque, de cara al futuro, la intención es ampliar la red de exportación a 70 naciones. Eso se nota en la facturación. Según Moro, el año pasado alcanzó por este concepto la cifra de 13 millones de euros. 'Y de esta cantidad, cuatro millones, es decir, el 30,7%, se destinó a la inversión en I+D. Es un gran esfuerzo que engloba no sólo los aspectos propios del vino, sino otros elementos derivados'.
æpermil;sta es otra de las notas que distingue a la compañía. Por ejemplo, la investigación que está llevando a cabo actualmente sobre los polifenoles, unas sustancias presentes en la piel de la uva con gran capacidad antioxidante, están conduciendo al grupo hacia nuevas líneas de negocio totalmente alejadas a la cultura del vino, como es el campo de los cosméticos.
Esta apuesta innovadora, junto con el respeto medioambiental, está presente en las nuevas instalaciones que la bodega Emina tiene en Valladolid. Esta bodega ha sido diseñada de tal forma que la luz natural inunda todas las salas, menos donde están las barricas y donde se almacena el vino terminado. Dispone de placas solares en el exterior, de caldera de biomasa y de una estación depuradora de agua residual. 'De tal forma que en Emina se produce más energía de la que se consume', añade Moro.
Capacidad de Emina
La sala de barricas acoge a unas 4.000, hechas de roble francés y americano, además de un pequeño porcentaje de roble español. Las cubas tienen una vida media de tres años y, una vez finalizada su función, se conducen a la caldera de biomasa para calentar el agua de las bodegas. Las barricas disponen de una capacidad de 200 litros, aunque la bodega tiene unas pocas cubas de mayor capacidad, de unos 400 litros para elaborar vino de autor.
La trazabilidad de todo el producto es, de nuevo, una marca distintiva de la bodega, ya que aparece registrada, mediante un código de barras, información de todo el proceso que conduce a la elaboración del vino, como dónde se ha vendimiado, cuándo se ha recogido, a qué hora ha llegado la uva a la bodega, cuándo pasó a depósito, etc. Por último, aparte de los cosméticos, el grupo ha diversificado su negocio con nuevos productos, entre ellos vinos dulces, brandies, aguardientes de baja graduación y el último hallazgo: aceite de oliva, pero con aceituna vallisoletana procedente de Rueda.
"Estamos en un momento crítico de competitividad"
El director de I+D+i del grupo Matarromera, Alberto Guadarrama, subraya que el momento actual se caracteriza por una gran competitividad. 'Tenemos que hacer frente a 700 marcas en el mercado, lo que nos obliga a conseguir productos innovadores, bien elaborados y que se diferencien de la competencia'. æpermil;sa es la razón de la política de diversificación que está realizando la empresa en su línea de productos. 'Todo ello para ser más competitivos en España y en los mercados exteriores'.En la actualidad, el grupo cuenta con 31 iniciativas en marcha. 'Ahora queremos traspasar estas investigaciones al terreno de la aplicación comercial', dice Guadarrama. Algunos de estos proyectos han consistido, por ejemplo, en la investigación organoeléctrica para obtener aguardientes de baja graduación con éxito, que ya están en el mercado. 'Ahora mismo estamos trabajando en la aplicación del polifenol en el pan'. En total, el departamento de innovación del grupo está compuesto por seis personas, a las que se suman doce técnicos procedentes de las distintas bodegas de la compañía.Las líneas de investigación abiertas actualmente son diez, entre ellas se encuentran las referentes a trazabilidad alimentaria, a mejora de los procesos, a la cualidad de los vinos, al aceite de oliva o a la red informática, a través de las que están conectadas todas las bodegas. Los proyectos de investigación suelen durar desde uno a tres años.