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CincoSentidos

Un verano de arte y belleza en Florencia

La capital de la región de Toscana concentra una de las mayores ofertas de museos y monumentos de toda Europa

Un verano de arte y belleza en Florencia
Un verano de arte y belleza en FlorenciaFototeca ENIT-Turismo Italiano

Cada año unos seis millones de visitantes se exponen al síndrome de Stendhal, esa sobredosis de belleza que sufrió el autor de Rojo y negro cuando en 1817 entró en la majestuosa iglesia de Santa Croce. Florencia, la cuna del Renacimiento, aturde los sentidos.

La capital de la Toscana, una región de colinas y montañas de unos 23.000 kilómetros cuadrados, fue fundada por los romanos en honor a Flora, la diosa de las flores y la primavera. Lombardos y Carolingios la dominaron, aunque la historia y el aspecto de la ciudad está íntimamente ligada a la familia Medici. Bajo su gobierno, entre 1434 y 1743, Florencia vivió una espléndida etapa artística e intelectual, abriendo la puerta al humanismo y Renacimiento.

La mejor lección del arte renacentista se aprende en la Galería de los Uffizi, el palacio diseñado en 1560 por Vasari para albergar la administración (las oficinas) del Estado toscano. Hoy es el museo más visitado de Italia, 1,5 millones de devotos del arte de Giotto, Piero della Francesca, Fra Angelico, Filippo Lippi, Botticelli, Mantegna, Leonardo, Rafael, Miguel Ángel y Caravaggio. Obras maestras como El nacimiento de Venus de Boticcelli, paradigma de la belleza renacentista; La Venus de Urbino, de Tiziano, o La Anunciación, de Leonardo.

Es un buen comienzo para recorrer una ciudad ligada a mecenas y genios del arte (la Toscana concentra más de 70 museos). Con el espíritu alimentado de las grandes obras renacentistas, lo mejor es dirigir los pasos hacia la plaza del Duomo, en la zona este del casco histórico, donde se concentran los principales edificios religiosos: el Duomo (la catedral), el Baptisterio y el Campanile. La catedral de Santa Maria del Fiore es la cuarta más grande de Europa y el edificio más alto de Florencia. Es una grandiosa construcción gótica coronada por la revolucionaria cúpula de Brunelleschi, levantada sin armazón fija. La mejor forma de apreciarla es subir a la cúspide para admirar los frescos de Vasari sobre el Juicio Final.

El conjunto se compone, además, del Campanile y el Baptisterio, como la catedral, revestidos de mármoles de colores. El Baptisterio, el más antiguo de los tres, es célebre por sus tres puertas de bronce; la oriental, de Ghiberti, contiene escenas del Antiguo Testamento y fue bautizada por Miguel Ángel como la Puerta del Paraíso (las originales se encuentran en el Museo dell'Opera del Duomo). El Campanile es un campanario alto diseñado por Giotto y culminado por Andrea Pisano y Lucca della Robbia al que se puede subir para disfrutar de vistas de la ciudad.

Símbolos sagrados son también Santa Maria Novella, ya en la zona oeste, y la Santa Croce, que maravilló a Stendhal -la magnífica basílica franciscana alberga las tumbas de florentinos ilustres, como Miguel Ángel o Galileo-.

Florencia se abre a numerosos recorridos, el artístico, el religioso y, por supuesto, el político. La Piazza della Signoria narra la historia más gloriosa de la ciudad a través de su arquitectura y esculturas. El Neptuno de la fuente de Ammannati conmemora las victorias navales toscanas y el David de Miguel Ángel (el original se conserva en la Accademia) se erigió ante el Palacio Vecchio como símbolo de las virtudes republicanas. Presidiendo la plaza, el Palazzo Vecchio, sede del Ayuntamiento de Florencia, concebido por Arnolfo di Cambio como un palacio fortaleza con su torre de 95 metros para observar a los lejos los posibles ataques. A mediados del siglo XV Cosme de Medici lo remodeló para utilizarlo como residencia. Su enorme Salone dei Cinquecento (salón del consejo) está decorado con frescos de varios artistas, entre ellos Vasari, y estatuas, como La Victoria, de Miguel Ángel.

Todavía en la zona este se encuentra el Bargello, la sede de Gobierno más antigua que queda en Florencia, cárcel en el siglo XVI y, desde 1865, uno de los primeros museos nacionales de Italia. Sus salas albergan una colección de escultura renacentista florentina, con obras de Miguel Ángel, Donatello, Verrocchio, Giambologna y Cellini.

Las huellas de los Medici conducen por el norte, hasta la antiquísima iglesia de San Lorenzo, reconstruida por Brunelleschi en estilo renacentista, que contiene los sepulcros de los Medici realizados por Miguel Ángel, y al Palazzo Medici Riccardi, que fue casa familiar de la familia mecenas y sede de su imperio bancario. También en la zona se encuentra el Convento de San Marco, presidido por el arte religioso de Fra Angelico. El edificio fue fundado en el siglo XIII y ampliado en la primera mitad del XV, cuando los dominicos se trasladaron allí por invitación de Cosme el Viejo, quien dedicó parte de sus ganancias bancarias en una reconstrucción encargada a su arquitecto favorito, Michelozzo. En lo alto de la escalera se encuentra la Anunciación, de Fra Angelico.

Los Medici residieron en el Palacio Vecchio hasta que se mudaron al Palazzo Pitti, en la zona Oltrarno (al otro lado del río Arno). Lo mandó construir el mercader Luca Pitti, pero sus herederos se arruinaron en la empresa y acabó en manos de los Medici. Su encanto reside en las colecciones de éstos y de la corte de los Habsburgo-Lorena que se exponen en la Galleria Palatina -la mayor concentración de pinturas de Rafael, entre otros tesoros-. Sus jardines de Boboli son un ejemplo de jardinería renacentista. Abiertos al público desde el siglo XVIII, alberga numerosas estatuas clásicas, como la de Neptuno, de Stoldo Lorenzi.

El atardecer es un buen momento para llegar hasta el más antiguo y popular de los puentes de la ciudad: el Ponte Vecchio, una construcción medieval poblada de orfebres que tienen allí sus talleres y venden joyas de diseño.

Ante tantas obras maestras por ver es mejor saborear la ciudad poco a poco, sin escatimar un agradable paseo, darse un capricho en sus tiendas de artesanía o de firmas de lujo y disfrutar del café y helados que le dan fama mundial.

La Piazza della Signoria es un museo al aire libre

Guía práctica

Cómo ir . Meridiana (www.meridiana.it) tienen vuelos diarios desde Madrid y Barcelona. Alitalia vuela vía Roma (www.alitalia.com). El aeropuerto está a seis kilómetros del centro, un autobús cubre el trayecto en 20 minutos. Renfe (www.renfe.es) viaja desde Barcelona a Milán, de donde parten cada hora trenes a Florencia.DormirLoggiati dei Serviti Es una de las residencias históricas de Florencia. Situado en la Piazza SS. Annunziata, a 10 minutos del Duomo, sus 38 habitaciones están decoradas con piezas de anticuario. Reservas: info@loggiatodeiservitihotel.it.The Westin Excelsior Uno de los más lujosos establecimientos de la ciudad. Dispone de 171 habitaciones y suites. Al frente del restaurante ORVM, se encuentra el galardonado chef Giuseppe Dalla Rosa. Reservas: ExcelsiorFlorence@westin.com.Hotel Pendini Encantador establecimiento con 120 años de antigüedad. Cuenta con 42 habitaciones y suites familiares. Reservas: pendini@florenceitaly.net.Comer. La oferta gastronómica abarca los ristoranti (más formales y caros), trattorie (precios más razonables) y osterie (platos calientes, embutidos y quesos). Conviene reservar.Compras. Florencia resulta tentadora por sus artículos de piel, objetos de artesanía y papelería, las porcelanas de Richard Ginori y Rampini, productos gastronómicos como el famoso vino chianti o perfumes de la Farmacia di Santa Maria Novella, una de las más antiguas del mundo. En la Via dei Tornabuoni, la calle comercial más elegante de la ciudad, tienen boutique los grandes de la moda: Armani, Gucci, Bulgari, Ferragamo, Cavalli o Prada.

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