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Opinión
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Fondos alejados de los tópicos

En los más de 12 años que llevo seleccionando fondos de inversión he tenido que escuchar a menudo dos afirmaciones que mucha gente asume como verdades absolutas y que no pueden ser más falsas. La primera es que para acertar al elegir un fondo basta con coger el mejor de años anteriores. Ha sido un autentico dogma de fe para muchos inversores y para la mayoría de los profesionales del sector. Tiene su justificación en el caso de los inversores particulares, que no tienen porqué ser expertos en economía y finanzas, pero es sorprendente en el caso de los profesionales, porque afirmar esto es negar la existencia misma de los ciclos económicos. Y es como decir que para conducir basta con mirar sólo al espejo retrovisor. Afortunadamente, es un mito en decadencia.

El otro tópico es el de que una cartera de fondos no puede obtener un buen resultado en años de Bolsa bajista. Cuando caen las Bolsas, sales a cenar o a tomar un aperitivo con los amigos y te dan el pésame. ¿Y cómo les explicas que hay muchos fondos que van bien, o incluso muy bien? No te vas a poner a explicar que si bajan los fondos que invierten en Bolsa (renta variable) es porque hay otros que suben. No es ni el momento ni el lugar para hacerlo. Así que poder escribirlo hoy en estas páginas me permite resumirlo en un artículo y enviárselo luego a los amigos. Bromas aparte, lo importante es que puede ayudar a los inversores a poner las cosas en su sitio.

En primer lugar, resulta que el dinero se parece a la definición de la materia: no se destruye, sino que cambia de sitio (o de bolsillo). Pongamos un ejemplo reciente: en un año tan aciago para las Bolsas como este, el dinero ha decidido cambiar de aires y pasar una temporada en el sector energético (petróleo, gas), en el de materias primas o aprovechar la subida del euríbor y de la volatilidad del mercado.

El dinero también ha decidido cambiar de zona geográfica. Abandona China, Europa, India y otros sitios donde hace un par de años estaba muy a gusto y se va a Brasil, Rusia u Oriente Medio. Y ahora viene lo bueno: resulta que los fondos permiten invertir en todo tipo de activos, sectores y países, lo que significa que un asesor financiero puede recomendar a sus clientes trasladar todo o parte de su dinero a fondos que invierten en los lugares a donde va el dinero. Y digo todo o parte porque, obviamente, en finanzas nunca se acierta al 100%, y quiero dejar claro que ya sería un gran acierto haberlo hecho en alguna medida. Quien lo hiciera de forma masiva -hay años en los que se acierta al 90%- no sólo no habrá tenido pérdidas. Habrá tenido beneficios. Y quien lo hiciera parcialmente al menos habrá reducido significativamente las pérdidas generadas por el mal momento bursátil. Lo que está claro es que es posible hacerlo y que porque bajen las bolsas una cartera de fondos no tiene porque tener un resultado nefasto.

Mucho me temo que aún así, en años de Bolsa bajista me seguirán dando una palmadita solidaria en cenas y bautizos, pero al menos me queda el consuelo de que mis clientes -y usted, querido lector, que ha tenido el detalle de leer este artículo- no lo harán.

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