España debe emprender un viaje descorazonador
Los políticos españoles se han apresurado a brincar con la euforia de la victoria en la Eurocopa 2008, su primer gran éxito futbolístico en 44 años. Las celebraciones dotaron una agradecida vía de escape al turbio parón económico, que plantea difíciles preguntas para José Luis Rodríguez Zapatero. Pero estas preguntas deben responderse (...).
La economía española es vulnerable. Ha disfrutado el tirón del boom económico desde 2002, impulsado, en el lado de la oferta, por enormes crecimientos en el empleo, incluyendo a millones de inmigrantes, y, en el lado de la demanda, por la construcción. Como resultado del boom, la actual tasa de déficit alcanzó el 10% del PIB el año pasado.
Pero está en marcha una corrección previsible desde hace tiempo. Los precios de la vivienda caían, la actividad constructora menguaba y el desempleo subía antes de que España notara el golpe externo de la subida del precio del petróleo y el ajuste de los créditos (...).
Ahora, el shock estructural exige remedios estructurales. Menores aumentos de sueldo, un crecimiento más rápido en productividad e innovación y mejorar la competitividad externa son elementos necesarios. Como el largo rumbo hacia el éxito futbolístico, éste resultará un viaje doloroso y, a veces, descorazonador.